Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


miércoles, 2 de febrero de 2011

(3) Miradas





¿Por que no me as dicho nada?- comenzó. Estamos los dos tirados en la playa, uno al frente del otro. El me miraba y yo de bes en cuando levantaba la vista del piso para observarle.
-Quería Que fuera sorpresa... ¿estuve mal? ¿querías que te avisara?.-Tal ves le disgusto la sorpresa... tal ves no me quería aquí.
El pensar eso me entristeció y el pareció notarlo.
-No, no haz echo nada mal... fue la mejor sorpresa que me podías haber echo-
Se me quedo mirando por unos segundos y luego no paro de bombardear me con preguntas, una tras otra, sin dejar espacio entre ellas.
La mayoría fueron cosas sin importancia: el instituto, los profesores, amigos,y muchas otras cosas. Eran fáciles de contestar por lo que no tuve problema alguno en mírale a los ojos cuando respondía.
Pero en un momento fue el el quien aparto la vista, y por lo que pude apreciar estaba avergonzado . ¿Que estaría pasando por su mente en ese momento?
-¿Que pasa? ¿se ha acabado tu interrogatorio?- El sonrió pero siguió mirando la arena que estaba debajo de el.
-No ni por asomo... es.. bueno... quería preguntarte una cosa....- no entendía porque le daba tantas vueltas a el asunto, ¿que quería preguntarme?-
-Pues adelante...-le anime, ya me estaba picando la curiosidad.
-Bien... ¿has tenido... eh... novio aya en Alaska?- Esa pregunta me pillo por sorpresa. Quil levanto la mirada para clavar sus ojos en los míos. Por un segundo le mire como una estúpida, ya se me había olvidado la pregunta que me había echo, no me acordaba ni de mi nombre.
MALDITA SEA ¿porque estaba actuando así?
-Eh... no.. bueno... mi padre desaprueba rotundamente esas cosas... aun cree que soy una nena...-maldición deja de mirarme, pensé. Todavía me miraba, paresia que estaba sopesando mi respuesta. Yo aun no entendía porque le daba tanta importancia a eso. Quería desviar mi mirada pero temía que eso le hiriera.
-Típico de los padres...- dijo al fin. Me sonrió y aparto sus ojos de mi. Le agradecí con todo mi corazón haberlo echo.
Pasamos unos minutos en silencio, mirando asía el horizonte.
El se paro y yo le seguí. Recorrimos la playa tomados de la mano, algo que no me molesto, de echo me agradaba.
De vez en cuando, le dirigía una que otra mirada, el paresia no estar hay, absorto en sus pensamientos y eso hizo que me preguntara por décima vez que pasaba por su mente.
-Todo esta tal cual lo recordaba..... eche mucho de menos este lugar..- No quería ser yo la que rompiera el silencio pero esas palabras me salieron del alma y sin pensar.
-¿Porque no has tenido novio?- de nuevo con lo mismo, ya me estaba empezando a cabrear quería cambiar de tema pero no...
-¿Porque te interesa tanto? es mi vida ¿no?-le dije. Pero luego me arrepentí de haberlo echo ya que me miro con expresión torturada. Me entro pánico al verle de esa manera, quería consolarlo pero no sabia exactamente porque se había puesto así. Quise arreglar las cosas.
-Lo siento... veras.. como ya te dije mi padre no aprueba esas cosas...-
-Si pero podrías haberlo tenido en secreto... ya sabes, algo normal en un adolescente- normal, en mi vida no había nada normal. Me estremecí al recordar esos años en Alaska. El lo mal interpreto y pensó que tenia frío, cosa que era imposible estando a su lado. Estaba segura que podría freír un huevo en su mano.
-Te llevaré a casa...- el ya estaba dando la vuelta en dirección a mi casa- me encanto poder pensar así- pero yo le detuve, no tenia intenciones de dejarlo ir, pasaría todo el tiempo que me fuera posible con el antes de que este se me acabara.
-No, no quiero irme aun...-
En su rostro apareció esa sonrisa que había estado esperando, me tomo por la cintura y inclino los hombros de tal forma que me cubría el cuerpo por completo y según el no pasaría frío.
-Bien... aun no as contestado a mi pregunta...-
-Eh... lo siento pero ¿cual era?- me estaba comportando como una tonta, y no tenia ni la mas pálida idea de porque.
-¿Que porque no as tenido novio? con lo hermosa que eres estoy seguro de que había una cola enorme detrás de ti- le mire con los ojos como platos, con lo hermosa que eres, de seguro necesitaba lentes. Me reí por lo bajo y luego le conteste.
-Bueno no tuve por dos cosas: la primera porque nadie me intereso lo suficiente y la segunda porque todos salían corriendo al verme... era un bicho raro...-
-¿Un bicho raro?- Me miro curioso intentando averiguar de donde había sacado eso.
-Bueno... al principio fue fácil, pues solo era una niña, pero en el instituto todo se complico de alguna forma... ya sabes todo eso de la adolescencia, la mayoría de los chicos discriminaban a los nuevos... cosas como esas...-Me di cuenta que había apretado mas fuerte la mano y que su mandíbula se tensaba. Logro controlarse y al final me dijo
-Entonces, si alguien pensara que eres hermosa y tu le correspondieras...-no termino la frase pero sabia a que se refería.
Por alguna razón me sentí extrañamente esperanzada , como si esas palabras tuvieran algún significado oculto para mi. Fui lo mas sincera que pude al contestarle.
-Bueno si conociera a ese alguien lo suficiente tal ves llegara a funcionar pero no estoy apurada en ese sentido... Bien y ¿que hay de ti?... ¿algo interesante mientras no estuve?- Quería cambiar de tema como fuera, esta conversión me tenia algo incomoda. El se percato de eso, claro, pero aun así me contesto de buena gana.
-Nada interesante... todo a estado demasiado tranquilo, creo que tu eres lo único nuevo por aquí...-
-Si ya, eso me habían dicho... bien y ¿que hay de las novias?...- Sentí una punzada de agonía al tiempo que hacia la pregunta, pero trate de que eso no se reflejara en mi rostro, y funciono. Espere su respuesta por un segundo antes de que me contestara apresurada mente.
-Nada de nada... aun sigo esperando a la chica correcta- Clavo su mirada en mi rostro y volví a sentir esa esperanza que salia de alguna parte de mi. Maldición, esto era una locura, no había razón alguna para que sintiera eso.
El siguió con la mirada puesta en mi, aunque por dentro le gritaba con todas mis fuerzas que dejara de hacerlo. Luego de un minuto me rendí y trate de no pensar en el poderoso análisis que tenia sobre mi, la verdad era que no sabia que era lo que tanto le gustaba. Yo, que era la chica mas torpe y con menos suerte de todo el mundo, no lo entendía.
Pero cuando me permití a mi misma analizarlo a el (como dios manda) quede en estado de shok.
Me perdí en sus ojos que eran de color chocolate, e hipotizantes
pero cálidos. Me abrí paso asta llegar al interior mismo de su cuerpo.
Todo era perfecto en el, solo vi pura alegría en ese momento, una alegría con un toque de fascinación, también pude apreciar que de algún modo yo era la culpable de esa fascinación, aunque eso me paresia estúpido.
Seguía mirándolo, quería estar así para siempre, porque el era absolutamente hermoso en todos los sentidos.
Pero me obligue recobrar la compostura, volver a la vida real, aunque esa perspectiva no me era de mucho agrado.
Quil aun seguía ahí, pero algo había cambiado, sus labios estaban curvados hacía arriba en una sonrisa, mostrándome sus relucientes dientes blancos.
Todo mi recién adquirido auto control se vino abajo al contemplar al ser más hermoso del mundo.

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