Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


martes, 15 de febrero de 2011

(7) Regalo




Cuando llegamos a mi casa, el me siguió hasta adentro, no fue como la noche anterior, que se desvaneció en la oscuridad.

La casa estaba vacía, y a oscuras. Trate de encontrar el interruptor de la luz pero no podía ver nada.

Sentí que Quil se despegaba de mi, y al segundo siguiente la luz se encendió.

Yo lo mire incrédula.

-Visión de lobo, ya sabes...- OK, creo que con lo de que necesitaba lentes exageré un poco.

-¿No hay nadie? ¿qué raro?- Emily me hubiera dicho si se prestaba a salir esa noche.

Quil encontró una nota en la mesa, debajo de un libro que Emily estaba leyendo.

-¿Qué dice?- pregunte al ver que una sonrisa aparecía en su rostro.

-Creo que nos esperan en otro lado...- ¿Eh?

-¿En otro lado? Vamos Quil deja ya tanto misterio...- odiaba que las personas me ocultaran las cosas.

-Billy a tenido la amabilidad de organizar una fiesta para darte la bienvenida...- bien, no me esperaba eso.

-¿Una fiesta?- la Push no era exactamente el lugar en donde encuentras grandes fiestas y bailes por las noches.

-Creo que fiesta no es la palabra adecuada... es más bien una comida. Todos van a estar ahí.- al terminar la frase se quedo plantado en el piso, pensando, supongo. Luego, sin que yo le digiera algo se sentó en una de las cillas que había alrededor de la mesa.

-¿Quil, pasa algo?- el no me contesto. Me le quede mirando, esperando a que digiera algo, pero nada.

Pasaron unos minutos y entonces decidí que no tenia caso.

Me fui a mi cuarto a cambiarme, porque no pensaba perderme mi propia fiesta de bienvenida.

Abrí la puerta y encendí la luz, y vi un precioso vestido, de seda color blanco encima de mi cama. Me acerque para poder apreciarlo mejor y vi una nota encima del. La leí en vos alta:

Úsalo esta noche... una amiga mía lo ha conseguido para ti...

Espero te guste...

Emily

El vestido era precioso, y lo iba a usar me lo pidiera Emily o no.

Me vestí lo más rápido posible ya que savia que no me iban a esperar para siempre.

Quil aun seguía ensimismado en sus pensamientos pero esta vez levanto la vista para mirarme.

-¿Qué te parece?- le dije al tiempo que daba una vuelta para que apreciara el vestido mejor- Emily lo ha dejado encima de mi cama para que lo usara esta noche...- iba a agregar una cosa más pero su mirada me dio gracia.

-¿Qué pasa? ¿No te gusta?-

-No.... es... eh.... hermoso...- sabía que no se estaba refiriendo a el vestido por la forma en que me miraba. Ya me estaba empezando a gustar eso de que para él fuera hermosa.

-Gracias... Bien ¿piensas quedarte ahí toda la noche, o vas a una fiesta conmigo?- el parpadeo unas cuantas veces y luego se para y se coloco a mi lado.

-No me lo perdería por nada... pero antes tengo que contarte una cosa...

Su rostro se mostraba tranquilo, pero en sus ojos pude ver algo de preocupación.

-¿Qué ocurre?- ¿que tenía que contarme? ¿Algo más sobre su naturaleza lobuna?

-Mira... ciertos invitados a la fiesta son... distintos a nosotros...- parecía no encontrar las palabras adecuadas para decirlo- y estoy segura que lo notaras a la primera...así que te voy a decir que ellos son los Cullen...

¿Debería de ser una broma? Yo savia muy bien quienes eran y que eran.

-¿No se supone que ellos no pueden entrar en estas tierras?- le dije y el no pareció asombrado al ver que me había dado cuenta de lo que decía.

-Si eso era antes... ahora el tratado está más fuerte que nunca y vienen seguido a visitarnos... bueno a Jacob principalmente...- ¿mas fuerte?

¿Y porque a Jacob? ¿No se suponía que los vampiros y los lobos eran enemigos naturales? Quil vio mi confusión y me dijo:

-Te lo explicare luego... solo quiero que no te preocupes, ellos son diferentes, no nos harán daño... son parte de la familia- no entendía nada.

¿Que no me preocupara? ¿De la familia? ¿Es que estaban todos locos?

Y sabia que ellos eran diferentes, pero me bastaba con saber de su sola existencia para odiarlos, sean "buenos" o no.

Aunque no me apetecía ver la cara de uno de ellos, no iba a descubrirme en frente de Quil, por lo que me trague el asco y le respondí.

-Bien... no estoy preocupada... y me lo explicaras mañana a primera hora ¿sí?-

Dicho esto el asintió y nos fuimos los dos hacia mi fiesta de bienvenida.

La casa de Billy estaba tal cual la recordaba. Solo que ahora estaba atestada de gente, saliendo y entrando, un y otra vez de ella.

Al frente de la casa habían hecho una fogata y todos estaban sentados a su alrededor en sillas que supuse habían traído ellos mismos.

El aire que se respiraba era festivo, alegre.

Al llegar todos me recibieron con demasiado entusiasmo, incluso Paul entre sus típicas bromas se acerco a saludarme junto con Rachel, su novia y hermana de Jacob.

Luego de ese saludo, caí en la cuenta de que todos, o casi todos, venían junto a sus respectivas parejas: Sam y Emily, Jared y Kim, Paul y Rachel y.... ¿Con quién estaba Jacob?

Jamás la había visto en los años que estuve aquí, bueno tal vez la conoció cundo yo estuve en Alaska.

Ella era hermosa. Una cabellera dorada caía por su espalda en forma de cascada, sus ojos marrones brillaban de una manera extraña al encontrarse con los ojos de Jake. Era pálida al contraste con la piel de él, aunque adquiría un tono rosáceo en sus mejillas.

No me había fijado a donde me llevaban mis pensamientos hasta que hube analizado toda esa información. Era dolorosamente hermosa y pálida, solo se me ocurría una cosa pero eso era estúpido. ¿Porque estaría Jacob con un vampiro si no era para descuartizarlo y luego quemarlo?

Me quede helada junto a Quil cuando Jake se acerco a ella para... besarla.

Estuve a punto de chillar, cuando recordé lo que me había dicho Quil antes de venir. Ellos no nos harán daño... eran de la familia.

¿A esto se refería al decir que eran de la familia?

¡Un vampiro y un licántropo! eso era imposible.

No quería arruinar toda esa noche por lo que trate de apartar la vista de ellos, que parecían no saber en donde se encontraban.

Yo era la única que los miraba a pesar de que ese era un comportamiento de lo más... asqueroso. Si esa era la palabra. Las garrapatas me parecían lo mas asqueroso y repulsivo que había en el mundo.

Quil noto el asombro en mi cara y me llevo a sentarme con él a el rincón más alejado de la fogata.

-¿Que sucede?-me pregunto. En ese momento quería con toda el alma no saber nada sobre sanguijuelas para poder decirle a el que no me pasaba nada. Pero no quería seguir mintiéndole, bueno no del todo.

-¿Que hace Jacob con una de ellos?- me miro asombrado pero no entendí porque el mismo me dijo que me daría cuenta de lo que eran a la primera. Creo que no había sido tan sutil al ocultarle mi conocimiento vampírico.

-Tranquila ella es especial... no va a lastimar a Jake... creo que debería...- dejo la frase inconclusa. Me miro primero a mí y luego a la chica de cabellera dorada.

-Eh... Jake, Ness ¿pueden venir?- ¿estaba hablando en serio? Iba a tener a una vampira cerca después de 3 años intentando convencerme de que solo eran una pesadilla, un muy, muy, muy mal sueño.

Jake me miro, estudiando mi rostro y luego tomo a esa chica y la atrajo hasta quedar a solo un metro y medio de mi.

De cerca era aun más bella.

-¿Que quieres Quil?- dijo Jacob, aun mirándome.

-Solo quería presentarle a Nessie...eh...Renesmee.- ¿Renesmee? menudo nombre. Nessie, como le decían, sonrió amablemente al verme. Me estremecí cuando vi sus dientes afilados como navajas, brillar en la oscuridad. Quil sintió eso y me aferro con más fuerza contra su costado. No me había dado cuenta de que él me había pasado uno de sus brazos por la cintura, hasta ese momento.

-Hola, soy Renesmee Cullen... Pero me dicen Nessie desde pequeña...- ella sonrió y con su codo le dio unos golpes a Jacob en las costillas. Ese hecho me hizo sospechar que ese nombre era horrible no solo para mí- Encantada de conocerte Clarie- ella siguió mostrándome esa sonrisa deslumbrante a la espera de que reaccionara pero no sabía qué hacer.

No quería ser cortes con una de ellos solo porque fuera la... pareja o algo haci de uno de mis amigos.

Tarde más de 10 segundos en reaccionar y darme cuenta de que me estaban mirando, tanto Quil y Jacob como Sam y Emily que eran los más cercanos a nosotros.

Dije lo primero que se me vino a la cabeza y trate de que mi voz no sonara descortés, pero no lo logre del todo.

-Hola, encantada de conocerte también- no sé que vio Jacob en mi rostro o si fue el tono empleado en la contestación lo que le molesto, pero sus manos temblaron levemente después de lo que dije.

Ella seguía sonriendo cuando se alejaron los dos a sus lugares.

Yo mire a Quil para sacarme de la cabeza lo que había ocurrido pero él me miraba con demasiada atención. Me preocupo el hecho de que tal vez hubiera descubierto mi secreto.

-Tal vez sería mejor que nos fuéramos... ellos entenderán- ¿qué? ¿Irnos?

No, no podía permitir que un pedazo de hilo me echara de una fiesta.

-No...Quiero quedarme...-

-Pero... admite que tienes miedo...- ¿Miedo? Ja ja eso era gracioso. Podía controlar el miedo mejor que la ira y la repulsión juntas.

-Te digo que estoy bien... no quiero lastimar a Emily después de haberme regalado este vestido...- no sé que dije que le hiso gracia, porque empezó a reír por lo bajo.

-¿De qué te ríes?- no encontraba nada de lo que había dicho divertido.

-¿A caso sabes quién le ha dado ese vestido a Emily?-

-Solo sé que se lo dio una amiga...- no podía ser que ella... no podía estar hablando en cerio...

- Quil...- suspire, y me dije que no quería pensar en esas sanguijuelas por más tiempo.

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