Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


lunes, 21 de febrero de 2011

(8) Fiesta



La noche transcurrió tranquila después de eso.

Al final, después de haberos visto comer 24 pisas enteras y una vaca asada, cortesía de Su Clearwater, vino el postre.

Emily había comprado 1 pote de 5 litros de helado para los humanos, ya que la manada aun seguía comiendo los restos de vaca asada que quedaba.

Cuando hube terminado mi parte del helado, me encontré algo aburrida. Los ancianos de la tribu, se disponían a hablar con Sam, aunque supongo que solo le contaban una historia, porque el único que hablaba era Billy.

Y mis amigos: Jared, Paul, Jacob, Seth y Leah estaban bastante ocupados.

Seth estaba charlando animadamente con Colín y Brady, mientras que su hermana estaba ensimismada en sus pensamientos.

Los demás estuvieron muy ocupados con sus respectivas parejas.

Recién me había dado cuenta de que la atmósfera festiva había cambiado, ahora se sentía amor por todos lados.

Aparte la vista de esa imagen demasiado íntima para mí y al hacerlo me tope con la mirada de Quil.

En ese momento entre en una burbuja en la que solo nos encontrábamos nosotros dos. Lo demás no existía para mí.

Lo mire por largo rato, y a él no pareció incomodarle.

Quil jugaba con mi pelo mientras me miraba también.

-Vaya... Eh ¿podrías dejar de mirar a Quil de ese modo? no quiero perder a un hermano de un ataque cardíaco...- Bien creo que ahora se había pasado de la raya.

Deje de tras los ojos llameantes de Quil para dirigirme al señor bromista.

-¿Que decías Paul?- Todo el mundo pareció percatarse de nuestra conversación.

-Déjalo... no le prestes atención...- me dijo Quil, pero yo quería seguir con eso.

-No... Está bien, quiero divertirme un poco...-Quil sonrió pero no agrego nada más.

-Uuuu... ¿te crees muy ruda?- dijo Paul siguiéndome el juego, pero esta vez no estaba jugando, me pagaría por todas esas bromas de mal gusto que nos gasto a todos.

-No me creo... lo soy...- Todos empezaron a gritar como locos al ver nuestro pequeño intercambio de palabras. Embry, que se encontraba con Leah en ese momento le dijo.

-Creo que esa dio en el blanco Paul... acéptalo... esa chica es ruda...

Sabía muy bien que a Paul no le gustaba que se le llevara a segundo plano, y no pude contener la risa cuando descubrí que haci había sido.

Por lo visto se había rendido, y yo me dedique a retomar lo que había dejado. Quil me dedico esa sonrisa que hacía que mi corazón latiera con furia.

La burbuja volvió a cubrirnos a los dos y me sentí... feliz...hasta que don bromista la rompió otra vez.

No podía creer lo que había hecho...

-¿Que-as-hecho-Paul?- dije la frase palabra por palabra con lentitud.

Sobre mi vestido había una gran mancha de... ¿mostaza?... por lo visto se habían dedicado a comer salchichas mientras me encontraba en mi lugar feliz.

-u...Discúlpame...-dijo en tono de burla. El me busco... y me encontró.

- ¿Sabes lo que dicen de la venganza Paul?- me apresure para que no tuviera tiempo de responder- Que es dulce... y así lo será....- no iba a dejar las cosas como estaban.

El se hecho a reír, pero Rachel lo regaño al hacerlo.

-Paul, no es gracioso- dijo Quil, repentinamente irritado. Este no le prestó la más mínima atención ya que estaba repentinamente ocupado con un mechón del cabello que se le había escapado a su novia.

-Déjalo... se arrepentirá de haberlo hecho... Tranquilo....-le dije a Quil. El me miro con los ojos en blanco y después me dijo...

-Emily te está haciendo señas para que la sigas...- Mire a Emily que se había parado de al lado de Sam

Me reuní con ella en la puerta de la casa de Billy.

-Menuda mancha... ven sígueme... - ella me escolto hasta el baño donde me saque el hermoso vestido, ahora arruinado totalmente por cierta persona, y Emily me dio unos vaqueros y una blusa que reconocí en seguida.

-¿Quien a...? esto es mío... estaba en mi bolso, en tu casa...- ella se río pero no me dijo nada. Trate de lavar el vestido pero Emily me lo saco de las manos.

-Yo lo haré...- abrí la boca para protestar pero ella me la tapo con otra frase- tienes una venganza ¿recuerdas?

Le mire por unos segundos y luego asentí, ¿ella me estaba dando permiso para vengarme de uno de mis amigos? no iba a desperdiciar esta oportunidad.

De camino a mi lugar junto con Quil, iba pensando en cuál sería la mejor forma de conseguir mi vendetta. Vi a Sue llevarle un pote de helado a Rachel y en ese momento me llego la luz.

-Sue, yo lo hago- le dije amablemente. Ella me dedico una sonrisa y me dijo

-Toma, no necesitas sacrificar el helado de Rachel por el...- ¿se había dado cuenta? Ella me tendió otro pote de ese delicioso y cremoso helado. Perfecto.

La melena de Paul había crecido, ahora le llegaba hasta los hombros, genial, tardaría bastante en sacarse el helado de su pelo.

Me acerque a ellos por detrás. Le agradecí a dios que Paul estuviera distraído contemplando a Rachel.

Primero le tendí el helado a ella y luego con una deslumbrante sonrisa me acerque a Paul para arremeter.

Fingí haber tropezado y estampe el helado contra su cabeza.

Él ni siquiera se movió, fue como chocar contra una pared, pero mi cometido estaba hecho.

-u... Disculpa- dije usando el mismo tono que él había empleado hacia una rato con migo.

-¿Qué haces niña?- él se estremeció levemente, pero no era algo de lo que debiera preocuparme. Esboce mi mejor sonrisa y le dije

- Si... la venganza es dulce...- al tiempo que probaba el helado que había quedado en mis dedos.

Todos empezaron a reírse de él, mejor dicho se carcajeaban y me felicitaban por tal Azaña. Pareciera que era la primera vez que le hacían probar un poco de su propia medicina.

Regrese con Quil, que me recibió con un y me acuno en su pecho.

Luego de eso, todo fue normal. La noche termino al apagarse totalmente la fogata, ya que nadie quiso evitar tal acontecimiento y reavivar las llamas.

Uno por uno se fueron yendo. Emily, Sue, Leah y yo éramos las únicas que habíamos quedado para limpiar el desastre, ya que Billy estaba despidiendo a todos.

Cuando hubimos terminado ya era bastante tarde, pero al salir de la casa Quil seguía ahí.

-¿Podrías haberme ayudado no crees?- le dije jugando un poco. Estaba exhausta y no sabía de dónde sacaba energías pare seguir haciendo bromas.

-eh...Lo siento...-

El camino a casa fue en silencio. Mis tíos (Sam y Emily) acompañaron a Sue y sus hijos a su casa, por lo que estuvimos solos todo el trayecto hasta mi casa. El no dijo nada, se limito a tomarme de la mano y mirarme gran parte del camino.

Cuando vi a lo lejos la casa me embargo una tristeza y un pánico, no quería dejarlo ir, aunque la separación fuera solo por una noche.

Le aferré la mano aun con más fuerza, como si con eso consiguiera retenerlo para siempre cerca de mí.

Al llegar al umbral de la casa suspire audiblemente, con la esperanza de que percibiera mi estado de ánimo y se quedara por más tiempo.

-Creo que tengo que irme...- suspiro al terminar la frase. Su rostro era el reflejo del mío, tampoco quería dejarme ir.

-¿No puedes... quedarte un momento más?- mi voz se quebró al final. En verdad era algo estúpido por mi parte porque lo volvería a ver mañana ¿no? El miedo se apodero de mí.

-Lo siento... los chicos están esperándome...pero me quedaría... si pudiera...-en ese momento me abraso con tanta fuerza que apenas pude respirar. Nos tambaleamos y mi espalda golpeo la pared. Jadié en busca de aire, y justo después de eso se aparto de mí para mirarme a los ojos.

Era algo estúpido llorar en ese momento, pero las lágrimas caían por mi mejilla incontrolable. Jamás había sentido miedo antes, bueno, no de esta forma. El seco mis lágrimas con sus manos y me beso en la frente.

-Lo siento...- dicho esto, dio media vuelta y se estampo en la oscuridad.

Me desespere, trataba de encontrarlo en la noche, pero estaba demasiado negro para distinguir algo.

Cerré los ojos para recordar su rostro a centímetros del mío. Fue en ese momento que sentí que algo me arrastraba contra la pared. Estaba pegada a ella cuando abrí los ojos y me tope con un par de ojazos, negros, y en ellos vi un fuego que me atrapo en un instante....

...y lo proximo que recuerdo fue haber despertado por la mañana. ¿Que habia pasado?

1 comentario:

  1. mmmmm....me pica la curiosidad jeje
    aunque sepa lo que viene despues....jaja
    segui escribiendo romi te quiero

    ResponderEliminar

MI BLOG SE ALIMENTA DE TUS COMENTARIOS
¡COMENTA PLEASE!

Calendario