Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


domingo, 24 de noviembre de 2013

(65) El principio de un final -1ª parte-

Hola
Sin escusas les dejo el capitulo 65 para que lo disfruten (si es que queda alguien ahí todavía :/ )
¡Que pasen linda semana!
BESOTE XD 


Estaba nerviosa, me preocupaba que les pasara algo a los Cullen, a Seth, a Sam.... a Quil. 
De repente una oleada de calor inundo mi sistema. El que algunos de ellos no estuvieran ahí hizo que quisiera que esto empezara pronto. Entre mas rápido todo, mejor.
Todos a mi alrededor estaban concentrados, escuchando hasta el mas mínimo detalle, pero ninguno de ellos tenían el alcance que yo poseía. Las mentes empezaron a llegar una por una, todos con un único objetivo: aniquilar a todos aquellos que se interpusieran en su camino. 
Escuche cuando Edward y los demás Cullen se empezaron a mover atrayéndolos hacia nosotros.  La adrenalina inundo mi sistema. Quería que llegaran ya. Me obligue a concentrarme, y comencé a buscar la mente de Ben. Aún no aparecía el muy maldito. 
<<¡Vamos Ben! ¡Muéstrate de una maldita vez cobarde!>> Todos gritaron al unisonó al escuchar el mensaje que acababa de mandar mentalmente. A los neófitos los puso frenéticos e incrementaron su velocidad conforme se acercaban mas y mas.
Fui la primera en salir corriendo y estampar a 2 neófitos contra un árbol, donde Sara los amarro con las ramas de los árboles para 1 segundo después ser decapitados por un Emmet sonriente.
Todo a mí alrededor eran peleas. Me puse a rastrear los dones más peligrosos y enseguida le asentí a Bella para que esparciera su escudo. Uno por uno los neófitos con poderes mentales fueron aniquilados, solo faltaban derrotar aquellos que poseían habilidades físicas. Esto iba la mar de bien, por ahora nada se había torcido. Todos estábamos vivos y sin un rasguño. Pero fue entonces cuando escuche la voz que había estado esperando.
Salí pitando en su dirección, siguiendo el  repiquetear de su carcajada en mi mente. Pero antes de llegar a el me encontré con algo que me hirvió la sangre.
-¡Vaya! ¡Se nos unió la familia! Las dos hermanitas juntas... Creo que Ben va a estar muy contento conmigo- Ashley. Sara estaba paralizada en su sitio.
Yo tenía razón. Todo el tiempo esta tal “Ashley” me había dado mala espina. Pero Sara ni se lo imaginaba, era algo que definitivamente no había esperado.
-¿Por qué…?- Sara quedo a mitad de su frase ya que la sanguijuela se revolcaba por el piso de una carcajada.
-¿Es enserio Sara? ¡Pensé que tú serías la primera en adivinarlo! Después de todo eres capaz de ver el futuro ¿no?- y una nueva carcajada hizo eco entre los arboles a nuestro alrededor.
Me rechinaron los dientes al ver la causa de los problemas de Sara para tener visiones.
-Ella tiene la capacidad de controlar el destino, o algo así. Por eso no podías ver nada Sara, su futuro cambia constantemente a tus ojos y hace que tengas esas visiones borrosas- mi hermana tenía unos ojos como platos ya que no creía que eso fuera posible. Yo tampoco quería creerlo porque si ese era el caso, y ella podía controlar el destino…
-Es imposible… ¡Nosotras somos las dueñas de nuestro propio destino!- Sara se había movido de su lugar solo un centímetro, lo suficiente como para darme cuenta de que estaba lista para enfrentarla, de que había dejado su parálisis de lado y estaba tan concentrada como yo. También más irritada.
Yo buscaba como loca una falla en su don, algo que nos diera esperanza…
<Sara…> mi voz sonó algo ahogada  por la tención.
<No importa lo que ella sea capaz de hacer Claire, ten confianza. Yo me encargaré. De seguro confía tanto en su don que debe de saber poco y nada de cómo luchar.>
Su voz influía demasiada calma, y eso me preocupaba. No quería que ella también se confiara.
Me acerque más a su flanco derecho, el lugar que siempre había ocupado pero Sara me dedico una breve mirada.
<Hablo en serio Claire. Sé que Ben esta cerca y sé que podrás con él mientras me saco de encima a Ashley. Solo te pido que me dejes algo para mi>  Sara sonrió y asintió para infundirme confianza. Una confianza que tardo en llegar a mí.

Me dolía dejar a Sara sola, y más sabiendo de lo que era capaz esa garrapata.
Pensándolo bien…. ¡Había hecho muy mal en dejar a Sara sola¡
¿Y si era justo eso lo que ese paracito quería¿ ¿Y si estaba usando su don con nosotras y yo no fui capaz de darme cuenta? Tenía que volver y ayudarla… pero un efluvio familiar capto mi atención otra vez.
Todo mi cuerpo se tensó y en mi mente solo veía una cosa: el final de esa sanguijuela.
Seguí el rastro hasta que vi una luz demasiado fuerte en el bosque cerrado.
Cuando entre en ese pequeño claro y lo vi, él estaba de espaldas a mí.
Pensé que no sería tan estúpido de darme la espalda así que me detuve a unos cuantos metros dejando una distancia que seseaba hacer más estrecha. Quería acabar cuanto antes.
-¿Tu hermana no vendrá?- dijo en susurros, algo apenas audible incluso para mí.
-No necesito de su ayuda para acabar contigo de una vez. Ella está ocupada con una de tus amigas ahora- me sentía aliviada de que Sara no estuviera aquí ahora. Este era un lugar bastante alejado de la batalla que se estaba librando y si algo llegaba a pasar no tendríamos apoyo de nadie. Sara estaba más segura que yo en este momento. Seth estaba cerca y podría ayudarla si algo se tuerce.
Ben suspiro, aun dándome la espalda. No poder ver su asquerosa sonrisa me empezaba a fastidiar. Este aire de tranquilidad a su alrededor era algo falso que aumentaban mis ganas de destrozarlo.
-Espero que termine con Ashley pronto. No quiero tener que hacer esto dos veces- me dijo, dándose la vuelta por fin. 
Fue extraño. Este no era el Ben que yo conocía.
Su humor era diferente. Ahora aparentaba unos buenos 30 años más de los que parecía tener. Su seriedad lo hacía parecer más letal de lo que había imaginado antes. Yo no podía creer que esa persona era mi tío, era parte de mi familia.
Ahora que lo observaba bien, me doy cuenta de que tiene más parecido a papá de lo que pensaba. A pesar de su pelo rubio brillante, el poseía la misma boca que mi difunto padre. Una boca que yo había heredado. El contorno de la mandíbula era muy parecido, aunque no sabría decirlo con certeza.
Y esa mirada. Se parecía mucho a la mirada que me dedico mi padre en mi decimo quinto cumpleaños cuando le comente que quería visitar la Push ese año. Su mirada seria me indico la respuesta y dolió más que el “No” rotundo que siguió después.
Ben me hacia recordar a mi padre y su dura historia. Verlo ahí parado hizo que me preguntara unas cuantas cosas.
-¿Por qué… ¿Por qué entregar a toda tu familia de esa forma?- quería respuestas antes de que todo terminara.
-¿Qué no es simple? Se hacen grandes locuras por amor… Y yo estaba enamorado.- me miró intensamente, aunque no me miraba a mí exactamente. Sus ojos viajaron en el tiempo hasta contemplar al hermoso objeto de sus locuras.
El no estaba enamorado, estaba hechizado por esa gloriosa vampiresa. Creo que no había nada con lo que pudiera comparar su belleza, ni siquiera Rosalie  podría competir a su lado.
El recuerdo de Ben la conservaba intacta: inmóvil, bañada por la luz de la luna. Su pelo rubio bailaba a su alrededor movido por la brisa de una noche de verano. La luna hacía que su piel desprendiera destellos diamantinos y la hacían parecerse aun más irreal. Esbelta y alta, cualquier ser humano en la tierra caería a sus pies considerándola un ángel caído del cielo.
Este era el primer recuerdo de Ben al despertar en esta nueva vida.
-Ella me entendía y sabía que era lo que yo más quería en esta vida. Y fue eso lo que me dio. Yo estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de permanecer a su lado-
-Incluso entregar a tu propia familia…- el asco de ese pensamiento dio paso a la más pura rabia.
-¿Familia? Ellos no eran mi familia, yo siempre fui el segundo, la oveja negra. Nadie hablaba nunca de mí, todo giraba alrededor de mi querido hermano mayor. Tú no sabes lo que fue para mí saber que mi hermano poseía todas esas habilidades que yo jamás desarrolle. No sabía que estaba mal conmigo, fue una tortura. Pero ella me dio todo lo que nunca tuve: amor, respeto, poder… Y no lo pensé dos veces. Ella me dijo que yo era especial, que poseía una familia extraordinaria y no fui capaz de entender nada hasta que supe de donde proveníamos y todo el secreto de mis raíces. Fue ahí que entendí que había nacido para ser un inmortal.  Y nunca en mi vida humana había sido tan feliz como cuando desperté de nuevo. Todo había valido la pena-
Ben estaba inmerso en su historia y yo no podía moverme contemplando cada uno de sus recuerdos.
-Pero luego todo cambió. Ella comenzó a comportarse de manera extraña.
Desaparecía durante un par de días y cuando al fin aparecía me daba escusas muy malas la verdad. Permanecía preocupada y tensa hasta que se volvía a ir. Nunca tenía la oportunidad de seguirla porque su incontable número de dones me lo impedían.
Me comenzó a preocupar el hecho de que me abandonara y fue entonces cuando todo acabó.
Esos malditos italianos la venían siguiendo. Solo tuve un par de minutos con ella antes de que la hicieran pedazos delante de mi junto con un mocoso inmortal , la causa por la cual ella me abandonaba.
Los Vulturis fueron muy compasivos conmigo al dejarme con vida, ya que no estaba al tanto de nada. Pero yo quería morir, o eso fue en un principio. Ella me había dado una razón por la cual seguir viviendo y me había dado un poder con el cual conseguir mi propósito. Todo lo que soy es gracias a ella. Mi único propósito es destrozar a esos malditos italianos y conseguir así mi venganza. Esa es la razón por la que las quiero a ustedes de mi lado: mis dos piezas principales en este ajedrez-


Calendario