(22) Disculpas...

No dije nada pues temía que el momento se acabara, pero siempre todo tiene un final ¿no?

Nos  separamos, y yo me devane los sesos  pensando en cómo disculparme adecuadamente, después de todo, la estúpida había sido yo, irritándome por una cosa sin importancia, ¿Por qué me importaba tanto  que fuera o no amigo de unos vampiros?

-Quil…yo…lo siento…no quise- el me silencio poniendo uno de sus dedos en mi boca.

-Tranquila ya estas perdonada.- me  tomo de la mano y me arrastro hacia la cama, dejo mi guitarra cuidadosamente  en el piso y se sentó sobre la cama.  Yo me acomode a su lado.

-No Quil, esto está mal. Deja que me disculpe como se debe.- el suspiro y tomo mi rostro entre sus manos.

-Amor, no hace falta. Ya paso. Como dice el dicho “lo pasado pisado”, tenemos que olvidar y vivir el ahora.- “olvidar”, era algo fácil de decir, pero nunca fácil de hacer. Pero seguí  su consejo y me concentre en ese momento.  

No hablamos mucho, cosas sin importancia. Principalmente le conté mi día y eso fue todo.  

Pero en cierto momento de la noche me acorde de la charla con mi tía.

-Creo que les daré una oportunidad. – dije mas para mí que para Quil.

-¿Qué?- suspire. Tenía que explicar mi repentino cambio de ideas.

-A los Cullen. Según todos aquí, ellos no se merecen mi desprecio. Emily me dijo que se sentían algo mal. Eso hiso que me acordara de mi vida pasada, cuando tenía que correr por culpa de vampiros, y aguantar las miradas de toda la escuela. Y ahora que me doy cuenta, en cierta forma somos iguales.-   luego de haber dicho eso. Me sentí un poco mejor, como si compadecerme de unas sanguijuelas me hiciera mejor persona.

Quil me miro extraño por un momento, y luego se puso serio.

-No. No lo harás. – yo estaba sorprendida.

-Que no hare ¿qué?- no podía seguir el hilo de sus pensamientos.

-Sé lo que tratas de hacer Claire. Les darás una oportunidad porque te sientes obligada a hacerlo. Yo se que los Cullen no te agrandan, así que no lo harás.- no quería enojarme de nuevo con él, pero la verdad es que ya no lo entendía.

-Quil, no me siento obligada a nada, lo voy a hacer simplemente porque creo que es lo correcto, y no quiero que me detengas- cuando termine, me separe de él y me cruce de brazos. Luego de pensármelo un rato, no pude contener una risa.

-¿Que es tan gracioso?- el me miro como diciendo “es oficial se volvió loca”

-Piensa un poco Quil. Hace un día atrás discutí contigo porque no quería darles una oportunidad, y ahora que si quiero, tú me lo impides porque crees que me siento obligada.

La verdad es de lo mas absurdo. – cuando el comprendió lo que acababa de decir se rio a la par conmigo.

Cuando alce la vista para mirarle el rostro, su expresión era extraña.

Una sonrisa dejaba ver sus relucientes dientes blancos y en sus ojos había algo, pero no pude identificar el que.

-Sí que has crecido. – me dijo al mismo tiempo que me acariciaba la mejilla.

Ahora entendía. Tal vez lo que escondían sus ojos era añoranza. Tal vez le gustaba más como bebe.

-Si con eso me quieres decir que te gustaba más como bebe que como la loca adolecente que tienes aquí, te advierto que no puedo hacer nada por ti.-

-Creo que le has acertado…al menos en lo que a loca respecta, porque hay que estar realmente demente para pensar de esa forma.-  estábamos en la cama, abrasados , cerca uno del otro.

Una nueva oleada de electricidad azoto mi cuerpo, pero no solo eso.

Ahora me daba cuenta de que algo había cambiado, en mi habitación, en mi forma de ver el mundo. Era como si todo en el universo girara en torno a un solo punto. Por fortuna tenia la suerte de ser el objeto más cercano al centro del universo (al menos de mi universo).

El siguió con su frase.

-Amor e esperados 14 años para tenerte entre mis brazos de la forma en que lo estoy haciendo.

Aunque esos tiempos están entre los mejores de mi vida, nada se compara al ser capaz de besarte y reclamarte como mía. - él se acerco a mí y por supuesto que yo a él.

Si me dieran la oportunidad de pedir un deseo, pediría poder ser inmortal, y pasaría cada segundo de mi existencia, junto a él, sus labios sobre los míos, ellos son el mejor elixir de la vida.

Al principio el beso fue suave, sus labios se movían sobre los míos con delicadeza como siempre, ya me había dado cuenta de que él me trataba como a una pieza de cristal frágil, que se agrietaría en cualquier momento.

Pero luego la intensidad fue aumentando. Era como la última vez, se había dejado llevar.

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Hola...espero les guste el capitulo.

Perdón pero creo que es un poco corto, yo se que les prometí un capi doble, pero no eh podido. Los dejo.

Que disfruten la semana. 

Besos... =)