Lamento si esta un poco raro, es que me costo mas de lo que pensé agarrarle la mano a la narración otra vez.
Aun así espero les guste :)
Besitos
SARA
-¡Sara!-
Las lágrimas me impedían ver a mi alrededor. Y estaba bien, porque la verdad no
quería saber nada más con el mundo. No quería
ver en lo que se había convertido todo. Si, la historia de terror se había terminado,
pero y ¿ahora qué? No iba a seguir siendo la misma. No después de esto, no después
de ver…No.
Obligue a mi mente a trabajar a pesar de todo. Tenía que pensar, y pensar rápido.
De seguro toda la manada estaba al tanto de lo que estaba pasando aquí. Quil ya
debe estar en camino…
-Sara, Sara… Shh, ya paso todo. Todo estará bien…- no me había
dado cuenta de que Seth estaba meciéndome. Lloraba a mi lado y aun así trataba
de consolarme.
Me deshice de su abraso y tome su rostro con mis manos.
-Seth, tienes que prometerme algo- Seth me miro confundió por unos segundos
pero asintió.
-Escúchame. Esto no es lo que parece, ¿sí? Se lo que estás pensando pero ella
no está muerta ¿entiendes? Tienes que prometerme que confiaras en mi- mi voz
flanqueo al decir esa palabra. No, ella no estaba muerta. Pero parecía tan
real.
-Sara…Lo siento, yo-
-¡NO¡ ¡Escúchame Seth¡ Ella no está muerta, Ben la mordió, ¿ves?-
tomando a Claire con cuidado le señale el lugar en donde una cicatriz estaba
comenzando a formarse en su hombro derecho. “Si la herida se curó tan rápido, el
proceso debió de haber comenzado ya”
Seth me tomo las manos negando con la cabeza a la vez.
-Sara, eso ya no importa. Su corazón ha dejado de latir, no
va a transformarse… Ya es tarde-
Un grito de frustración salió del fondo de mi garganta. Me
pare y comencé a dar vueltas. Debía pensar como decir esto. Que yo lo haya
experimentado no quería decir que fuera toda una experta en el tema. Además podría
ser diferente para ella, ¡QUE DIABLOS IBA A SABER YO! Tenía que hablar con
mamá. Ella podría ayudarme.
Golpes de pisadas me paralizaron en mi segunda vuela por el
claro. Aun no sabía qué diablos decir.
Quil apareció en su forma humana de entre los árboles. Una línea
rozada se extendía por toda la longitud de su pecho. Pero esa herida cicatrizándose
no era lo que helaba la sangre al ver. Mi corazón se detuvo por un segundo
pensando que podría ser yo la tuviera esa misma mirada, esa desesperación grabada
en los ojos, esa agonía de alguien que lo ha perdido todo.
Las palabras no salieron, mis músculos tampoco pudieron
responder. Por un minuto solo pude ver sin ser capaz de pensar. Escuchar los
gritos de ese hombre sobre el cuerpo de mi mejor amiga, mi hermana. Cada
insulto me traspasaba como cuchillos, cada plegaria lanzada al cielo cortaba mi
respiración, y las lágrimas no dejaban de salir.
Era una estúpida. Debía detener eso, se lo había prometido a ella. Dejar que esto siguiera por un minuto más solo
empeoraría las cosas.
Me acerque a él aun sin saber que decir, cuando sentí la mano
de Seth tomándome del brazo.
-Para Sara. No hagas eso, no lo empeores- el rostro de Seth
reflejaba tanta tristeza que mi corazón se contrajo. Esta situación le estaba
haciendo daño a todos, a cada integrante de la manada.
Lo abrase tan fuerte como pude. Anhelaba consolarlo y decirle que todo estaría bien,
como el había hecho conmigo minutos atrás. Lo mire a la cara y le dije todo lo
que debí haber dicho desde un principio.
-Seth, amor mío… Yo… No puedo verte de esta forma, no puedo
ver a Quil sufrir así, y te juro por lo que más quiero en el mundo que te escucharía
si no supiera que estas equivocado. Están malinterpretando la situación porque
no saben lo que está pasando, ¡pero yo sí! Y ella no está muerta Seth, tienes
que creerme. Tu sobre todas las personas en este mundo tienes que creerme,
porque yo no puedo hacer esto sola Seth. Necesito que confíes en mí. ¿Tú crees
que estaría mintiendo sobre algo así? ¿Crees que quiero que todos sufran de
esta manera? ¡Estoy segura de esto porque ya lo viví!... ¿Me crees? Te necesito
conmigo en esto…yo…- no pude terminar de hablar. No podía imaginarme poder
seguir sin su ayuda. Seguí susurrando
frases sin sentido hasta que el enjuago mis lágrimas y me sonrió. La sonrisa más triste que jamás haya visto,
pero sonrisa al fin.
-¿Me explicaras todo después?- su pulgar acariciaba mi mejilla y sus ojos
buscaban algo en los míos. Tal vez esperaba ese algo que le confirmara que
estaba loca.
-Por supuesto- fue lo único que pude decirle. Lo bese durante unos segundos.
Mis labios apenas tocando los suyos pero ese gesto fue más que suficiente.
Amaba a este hombre más que a mi propia vida, y el a mí.
Cuando nos separamos me enfrente a la escena que tenía
delante de mí. La manada se estaba acercando, y todos los Cullen habían formado
un círculo alrededor de Quil y Claire. Nessie estaba en brazos de Jacob que la
mecía de un lado para el otro. No sabía muy bien si trataba de reconfortarla a
ella o a él mismo. Bella y Edward estaban muy cerca de ellos, abrazados,
sufriendo a su manera. Los demás observaban la escena, cada uno con sus propias
mascaras de dolor, rostros secos, incapaces de llorar pero si de sentir.
La manada era otra historia. La mayoría aun en forma de lobos,
aullaban como si se les fuera la vida en ello. Me concentre en no mirar a
ninguno a la cara, principalmente a Sam que estaba haciendo todo un espectáculo
para llegar hasta su sobrina.
Yo me acerque al centro. Me dieron paso, nadie se molestó en
hablarme. Pensé, pensé y pensé pero mis neuronas simplemente habían colapsado.
Esperé un milagro.
“Nunca pensé decir esto, pero me vendría bien una ayuda en este momento.
Nunca en la vida me había pasado de no saber que decir”
Esos pensamientos flotaron en el aire, pensados para mi hermana tirada en
el suelo del bosque, pero no obtuve respuesta. Simplemente iba a tener que
hacer esto sola.
-No está muerta-
Todo el mundo me miro como si estuviera loca, como si mi súper
audición fuera un mero chiste en ese momento y no pudiera escuchar el silencio sepulcral que se extendía por todo el cuerpo de mi hermana. Trague saliva y comencé de nuevo.
-Sé que no me van a creer, sé que piensan que estoy loca pero
es la verdad. Ella fue mordida. Nuestra sangre es capaz de neutralizar el
cambio, no sé por qué, pero no podemos transformarnos. Ahora su cuerpo está batallando
con la ponzoña. Su corazón debe dejar de latir para que esta no se siga
esparciendo y nuestras defensas puedan hacer el resto. Sé que parece imposible
pero es cierto, yo lo viví- no me había dado cuenta de que había dejado de
respirar hasta que hube terminado de hablar. Mis ojos aún seguían húmedos pero
no había amenazas de lágrimas nuevas. Seque ese irritante líquido que me impedía
ver y respire hondo una vez.
-Nunca dijimos nada porque no estábamos seguras de lo que había
ocurrido. Yo en este momento debería ser una sanguijuela en todo sentido… O estar
muerta. No es más que una teoría pero si estoy en lo cierto, ella vivirá. Ella volverá
Quil…-
-¡BASTA!- Quil me miro por primera vez desde que había empezado
a hablar. Lagrimas surcaban su rostro como ríos. Temblaba de pies a cabeza pero
dudaba que se debiera a la trasformación.
Era miedo.
Jamás podría sacar esa imagen de mi mente. Ese era mi castigo
por haber llegado demasiado tarde.
-Claire… Joder… Se supone que son hermanas, ¿porque no dejas de
decir estupideces? ¿PORQUE DIABLOS NO ESTABAS AQUÍ? – sus palabras me golpearon
con fuerza el pecho, sacaron todo el aire que guardaba y me impidieron respirar
por unos segundos. Yo era la culpable, yo había llegado tarde, la había dejado
sola. Pero ella no estaba muerta, y era yo la única que podía hacer entrar en razón
a todos.
Antes de que pudiera decir nada, Quil se paró y salió
corriendo del lugar. Edward trato de detenerlo pero Sam se interpuso en su
camino y permitió que Quil se fuera entre los árboles.
-¡NO¡ Quil, regresa…-
-¡Sara ya para! Quil tiene razón, esto que estás haciendo está
mal. Claire se fue y no hay nada que se pueda hacer ahora- Sam me estaba
enfrentando, todo su cuerpo vibrando de pies a cabeza.
-No Sam, que él se valla está mal. Claire lo necesita aquí. No
quiero que haga una estupidez, Sam. ¡Tienen que creerme!- exasperada busque la
mirada de cada uno de ellos. Sentí la mano de Seth tomando la mía. Él me
apoyaba, pero no estaba del todo convencida de que me creyera tampoco.
-Yo si lo hago- su voz me tomo por sorpresa. Él estaba parado
a mi lado, sus ojos dorados confirmaban sus palabras.
Edward me creía. Eso era un comienzo.