Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


sábado, 23 de abril de 2011

(17)Consecuencias -segunda parte-


-Bueno, todo se reduce a una sola cosa.- comenzó, pero aunque no podía verla a los ojos, por alguna razón sentí que no la estaba pasando muy bien, esa consecuencia era mayor de lo que imaginaba.

-Nuestros genes licántropos se activaron porque del otro lado hay un gran aquelarre instalado. Por eso somos esto. Cuando llegaron los Cullen, todo exploto, nacían lobos como nacen margaritas en un campo. – suspiro y al fin se decidió a mirarme.

-Luego de la muerte de mi padre, Seth entro en fase. Era el más joven de la manada hasta ese momento. Lo sigue siendo, al menos en lo que respecta a nuestra manada, la de Jake. Luego fue mi turno. Nadie podía creerlo. Mi hermano sigue acusándome de aguafiestas.-

-Hasta ahora no encuentro nada malo en todo esto.- interrumpí. Al menos sabía el porqué odiaba tanto a los Cullen.

-Aun no eh terminado. Mira, la transformación no es tan mala después de todo, tiene sus cosas buenas, pero es así, si lo miras desde el punto de vista de uno de estos chicos. Para una mujer, es lo peor que pueda pasarte en la vida.

>> Sabes, mi sueño fue formar una familia, conocer a alguien y enamorarme. Tiempo después casarme y tener 2 hijos. Luego, cuando ya fuéramos ancianos, ver a mis nietos correteando por la casa. Pero jamás pasara….no puedo cambiar. No envejezco, estoy estancada en el tiempo. Soy un monstro.-

No necesitaba de más explicaciones para entender su situación. Los licántropos no envejecen, no cambian, y una mujer necesita cambiar para poder tener una familia.

Pero en todo esto hay algo que no me cierra.

Si un libo no se transforma por un largo período de tiempo, este envejecerá, y tal vez para una mujer todo vuelva a ser como antes. Si fuera así ¿Por qué Leah no deja todo esto?

-Si esto no te gusta, ¿Por qué no lo dejas? Podrías irte y empezar de nuevo.- de hecho podría haberlo hecho hace mucho.

-¿Y crees que no lo he considerado? Hace diez años ni siquiera podía creer que pudiera conseguir controlar mis instintos. Pero ahora es fácil. Entonces, ¿Por qué no? Me iría a Seattle, conseguiría una casa y un trabajo, sin complicaciones ni nada sobrenatural. Pero no dejare a mi hermano ni a mi madre solos.-

-Creo que Seth es bastante grandecito como para cuidarse por sí mismo- No podía creer que Leah estaba hablando en serio. No podía concebir a nada que pudiera derribar a uno de ellos. Nada humanamente posible, claro.

-El es muy confiado, pero sabes, mi familia no es lo único que me detiene.- ¿había más?

-¿A que estas esperando?- pregunte.

-A alguien, ¿es que no tengo derecho a enamorarme? Tanto amor a primera vista, me da náuseas. ¿No me puedo enamorar de La forma tradicional?- al concluir la frase algo llamo mi atención.

-¿Amor a primera vista? ¿Qué quieres decir con eso?-

Detrás de todo esto había algo grande que ella trataba de ocultarme.

Apuesto todo lo que tengo a que esto es una de esas cosas de las que Quil no va a querer contarme.

Leah se puso nerviosa. Empezó a murmurar cosas sin sentido como “Estoy muerta”

-Oye, hace un rato, pareció como si se te hubiera ido la lengua al decir esa frase. Y luego la cambiaste al final. ¿Qué querías decir en realidad?- iba a obtener mis respuestas, no sabía cómo, pero las conseguiría.

-Lo siento, pero ya te he contado demasiado.- me dijo, y comenzó a pararse.

A no, no iba a dejar que se fuera hasta que hablara.

-Espera, Leah escúchame, el no va a contarme nada si cree que podrá asustarme o algo por el estilo. Por favor, al menos dame una pista. Esa última palabra, ¿Qué es?- imp…imp…

¿imp qué? Me devane los sesos pensando en que palabra podría haber sido.

-Mira, cuando Quil se entere de lo que estoy haciendo me cortara una pata.- la cara de Leah era de horror. No podía estar hablando en serio.

Claro que no lo hará, y tienes mi palabra. Ahora por favor, dime.- estaba tan cerca de conseguir lo que quería.

-Bien. Solo voy a decirte la palabra. Es muy complicado de explicar….Imprimación, eso es lo que quise decir. –Imprimación. Iba asegurarme de que me quedara bien grabada, no iba a permitirme olvidarla.

-Creo que lo tengo. Me encantaría una pequeña explicación por tu parte, pero…- no me dejo terminar ya que se estaba riendo.

Lo siento, pero ya te lo dije, estoy condenada a muerte por esto. Tendrás que preguntárselo a él.- no necesitaba decírmelo. Estaba claro que lo iba a hacer.

-Bueno, tengo que irme. Supongo que Seth debe estar por ahí así que mejor me voy antes de que valla con el chisme de que no estoy haciendo mi trabajo.- las dos nos reímos. Leah era una muy buena persona. Ella no se merecía todo esto.

-Gracias por todo, y te prometo que seguirás conservando tus cuatro patas.- pobre de Quil si le llegaba a hacer algo.

-No, gracias a ti. Nunca pude hablar con nadie de este tema, bueno, con nadie que me entendiera. A sido agradable.- me sonrió por última vez y se metió entre los árboles.

Me quede clavada en el suelo, luego suspire y caí al suelo.

Luego de eso no volveré a ver a Leah con los mismos ojos.

No me imagino lo que habrán sido todos estos años sabiendo que era diferente, incluso entre los lobos. Toda una vida sufriendo.

Yo aun seguía en el suelo mirando hacia los acantilados. Pero aparte la vista bruscamente ante los recuerdos del día anterior.

Pose mi mirada en el bosque detrás de mí.

Ya había recorrido tantas veces la costa, que la oscura masa de arboles me parecía encantadora.

Me puse en pie y comencé a caminar.

Tuve que colocarme la capucha de mi campera, ya que caía una pequeña llovizna. Al entrar al bosque la lluvia desapareció en parte. Las millones de gotitas fueron reemplazadas por algunas ocasionales gotas mucho más grandes que caían de los arboles.

Camine por entre las ramas que habían en el suelo, y entre los arbustos encontré un lugar que me era familiar.

Un árbol hueco, del grosor de un automóvil pequeño y la altura de un rascacielos.

Eso me hizo acordar del sitio al que solíamos visitar todas las tardes con Sarah. Era muy parecido pero no exactamente igual. Me acerqué y me apoyé sobre él.

-¿Qué haces?- su voz me sobresalto, como siempre. Tanto sigilo ya me estaba hartando.

-¿Podrías por favor dejar de hacer eso? Sabes, mis sentidos en este momento no son tan buenos.- el se carcajeo por un momento y luego se acerco a mí.

Su abrazo me hiso estremecer.

-Estas helada Clai. ¿Qué haces aquí?- no me había dado cuenta de que me estaba congelando, hasta que el me toco.

-Estaba harta de tanta arena que decidí probar algo nuevo.- le dije mientras él se sentaba. Me acomodo en su regazo y me estrecho contra su pecho desnudo. NI con mil palabras podría describir lo que estaba sintiendo. Su calor era el mejor regalo que la vida podía darme.

-Me parece bien, pero no te alejes mucho ¿sí? Estamos en alerta roja por tus visitantes.- estupendo. Primero, esa sanguijuela pone en peligro a mis amigos apareciendo en mi vida otra vez, y ahora restringe mi movimiento aquí en la Push.

-Genial- suspire derrotada. Sabía que si insistía no llegaría a nada.

-Lo siento amor, pero es por tu bien.- chucho sobreprotector. Es peor que mi madre, pero lo amaba tal cual era.

Pasaron unos minutos y yo no me había movido de mi lugar.

A pesar de la lluvia yo me hallaba casi seca, en parte se debía al calor de Quil, y otra, que en donde nos encontrábamos corría una brisa, algo fría pero no era nada de lo que debiera preocuparme.

-¿En qué piensas?- pregunto en cierto momento, cuando yo apreciaba como las hojas bailaban en los arboles al ser movidas por el viento.

-En nada especifico por ahora, ¿y tú? ¿Qué pasa por tu mente en este momento?- me había picado la curiosidad.

-Bueno- me miro a los ojos mientras acariciaba mi pelo- Me imaginaba como sería una vida sin vampiros.- sabia que estábamos conectados pero nunca pensé que llegaríamos s este nivel.

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