Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


miércoles, 6 de julio de 2011

(24) Jacob Black



-¿Y tú qué piensas? ¿Que no ganamos la vida matando vampiros?-me decía Embry mientras hacía yo que sé  que cosas sobre una moto.
Estaba en el garaje de Jake con Embry, Jared y Kim. Era gracioso que el dueño no estuviera presente.
Que yo recuerde nunca había estado aquí, así que esta era la primera vez.
La verdad, Jacob inspiraba respeto después de saber que había hecho este lugar con sus propias manos.
Y a pesar de que estaba sucio y hacia algo de frio, en ese lugar la estaba pasando bien.
Me había reído todo la tarde junto con Kim de los chicos malos de los chicos y había aprendido mucho de autos
Ya que Jared estaba arreglando el auto de Jake (este no había tenido mucho tiempo libre en la semana).
Y ahora estábamos hablando de los respectivos trabajos de cada uno.la verdad es que nunca había pensado en eso, en que hacían mis amigos para ganarse el pan de cada día, ya que el dinero no cae del cielo para nadie.
-Bueno, si en este mes les dieran cincuenta dólares por cada vampiro que maten, creo que se hacen millonarios.- Jared y Embry se rieron, pero como era de esperarse Kim no.
Se notaba que aquí las únicas sensatas eran las mujeres.
Cuando el tema de las sanguijuelas paso, me contaron a que se dedicaban.
Kim junto con mi tía Emily, trabajaba como maestra en la escuela primaria local, y Rachel era abogada.
-¿Y ustedes? ¿Qué hacen además de comer, dormir y estar en cuatro patas todo el día?- les dije, mientras sentada sobre una llanta me llevaba una papa frita a la boca.
-Hace unos 8 años John Dowling quedo en banca rota y entre todos pudimos comprar su loca. Sam, Jake, Quil, Embry y yo nos repartimos trabajo, y ahí vamos. Por lo que hemos escuchado somos los mejores mecánicos de la zona.- me respondió Jared.
Me sorprendió que Quil nunca me haya contado sobre su trabajo. Bueno, yo nunca había preguntado.
-Oh, me olvidaba. Paul dijo que se vengaría de ti por lo del helado. Nos pidió que te dijéramos que tengas cuidado.- luego de lo que dijo Embry, no pare de reír.
Aun recordaba esa broma, y eso hizo que una sonrisa se me tatuara en el rostro, pero como había descubierto, el tiempo estaba contra mí, todo lo malo venia a mi mas rápido.
Eran las 7:30, y la noche había caído ya. Estábamos en la sala de la casa de Billy, cuando Jake y Nessie entraron por la puerta.
Mi corazón empezó a latir a mil por hora, yo no sabía cómo hacer eso; la única relación que tenia con los vampiros era la del odio y aquí estaba, a punto de pedirle disculpas a uno.
Se dirigieron al cuarto de Jake pero antes de llegar, el móvil de la chica sonó.
-Hola, papá.- le escuche decir.
-Estoy en casa de Jake, acabamos de llegar. ¿No puedo quedarme un poco más?- vi como Jacob le hacía señas a Reneesme para que le pasara el teléfono.
-Papá, Jacob quiere hablar contigo- le dio el móvil y este empezó a hablar.
-Edward, vamos, acabamos de llegar.- espero mientras el tal Edward le respondía.
-Está bien- acepto de mala gana.
Le devolvió el móvil a la chica   y esta se despidió.
Luego salieron de la casa. A los minutos Jacob regreso.
En ese momento me di cuenta de que había dejado pasar una valiosa oportunidad....
-Claire ¿puedo hablar contigo?- y perdí el hilo de mis pensamientos.
Jacob Black estaba parado en la puerta de su cuarto y me miraba, esperando una respuesta.
Que él quisiera hablar conmigo no pronosticaba nada bueno; de seguro me reprocharía por el hecho de que odiara a la familia de su novia.
Asentí y me dirigí a su cuarto.
Yo no tenía la mas pálida idea de cómo hacia para caber en esa cama tan pequeña.
El se sentó en ella y yo me quede esperando a que hablara.
-Creo que llego la hora de responder a tu pregunta.- yo lo mire sin comprender.
-¿Mi pregunta?-
-Quil me contó que querías saber mi historia, bueno, la de porque hay dos manadas.- al terminar de hablar, recordé esa noche de luna llena en la que Quil había mencionado esa historia, y me había dicho que si la quería completa debía preguntarle a Jake.
Al menos de esta charla sacaría algo bueno.
-A si, recuerdo. Pero ¿por qué has dicho tu historia?- el rió sombríamente.
Yo me senté en el suelo, apoyando mi espalda en la pared, abrase mis rodillas y me prepare para escuchar una historia que prometía ser larga. 
-Bueno, esa separación fue gracias a mí. Pero la verdad, no me arrepiento de haberlo hecho, no me arrepiento de nada en realidad.-
-Jake, podrías, no sé, empezar desde el principio, porque la verdad es que no estoy entendiendo nada.- bueno entendía una cosa: el que haya dos manadas en La Push había sido culpa de él.

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