Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


lunes, 7 de marzo de 2011

(10) Noche...


Esa noche no pude dormir. Estaba nerviosa, no sabía si ese vampiro aun seguía ahí, y para colmo no había visto a Quil en todo el día. Eso me ponía de un humor de perros.

Me levante de la cama y me acerque a la ventana. La abrí y me senté en el borde para poder respirar el aire fresco que olía a bosque y tierra húmeda. Para mi sorpresa, pude apreciar la luna, y por pura ironía era luna llena. La contemple por largo rato hasta que las nubes la taparon por completo, y entonces todo se oscureció. Cuando niña recuerdo que en Alaska, la luna aparecía tan pocas veces que cada vez que la veía me quedaba despierta guardando en mi menoría su belleza, y cada vez que las nubes la tapaban me ponía triste. Siempre había pensado en ese hecho como que el mal vencía al bien. Aunque en la realidad eso nunca ocurriría.

Al final, me concentre en un recuerdo reciente, para entonces poder dormir.

Ese recuerdo, por supuesto, había sucedido la noche anterior. Quería comprobar que había sido real pero por ahora me conformaba con solo visualizarlo con toda claridad en mi mente.

Aun estaba sentada en la ventana, con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el marco de esta. Estaba segura de que me dormiría sentada si no me movía de una vez.

A duras penas conseguí moverme, ya que estaba tan embobada con ese sueño que estaba teniendo despierta que ese lugar se me antojaba una delicia. Abrí los ojos, suspire y di media vuelta para regresar a mi cama cuando me di cuenta de que algo había ahí fuera, y estaba viéndome. Podía escucharlo.

Mis pies no se movían aunque en mi fuero interno les decía, más bien les rogaba, que corrieran, y si era posible, lo mas rápido que pudieran.

Sam no estaba en casa, así que no podría ir en su búsqueda porque se encontraba muy lejos en el bosque. Pero al menos tenía que avisarle a Emily, y si teníamos alguna clase extraña de suerte ella al menos escaparía.

Mi corazón latía a mil por hora, como si quisiera dar un objetivo mas obvio.

Sabía con exactitud lo que había ahí afuera, y posiblemente con la suerte que tengo, estaría cazando. Y yo iba a ser su presa.

No sabía porque demonios aun seguía ahí, clavada al piso.

No es lo que parece... Concéntrate mas... me decía una voz.

Inconscientemente le hice caso y trate de agudizar el oído. Era una estupidez por mi parte, ya sabía muy bien que un vampiro estaba allí, viéndome.

Paré en seco mis pensamientos cuando descubrí que me equivocaba. Al escuchar mejor descubrí un sonido que no tenía nada que hacer dentro de un vampiro. Latidos de un corazón. No sabía cómo podía escuchar eso pero de todos modos lo hice. No quería ponerme a pensar en que tenía el sentido del oído más agudo que una persona normal, ya que eso traería consecuencias más tarde.

Tarde menos de 1 segundo en darme cuenta de todas esas cosas, y otro segundo más en entender que era lo que estaba ahí a fuera.

Di media vuelta y me dirigí a la ventana con la esperanza de que pudiera verle.

La noche estaba oscura pero no lo suficiente como para impedirme ver un poco, hasta que llegaba a los arboles en donde la sombra que proyectaban los mismos hacia imposible ver dentro del bosque.

Salte hacia afuera y me senté en el piso apoyando mi espalda en la pared. Me quede allí por unos minutos, algo desilusionada. Tal vez había imaginado todo aquello.

Aun así, escudriñe en la oscuridad un poco más, hasta que por el rabillo del ojo pude ver una sombra a mi izquierda.

-Arg- grite, y esa sombra se acerco hasta que quedo al descubierto el rostro que estuve esperando ver en todo el día.

-Clarie ¿qué diablos haces sentada afuera a estas horas?- Me pregunto al mismo tiempo que se sentaba a mi lado.

-! QUIL ¡- dije y me le tire en sima. Era una tontería pero le había echado de menos. No quería ni imaginarme si me alejaba de el por más tiempo. El se sorprendió pero me abraso de buena gana. Casi me deja sin respirar.

-Yo también te eche de menos, pero no hace falta que te quedes toda la noche despierta por mi...- me dijo en un susurro al oído, aun abrazándome. Me separe un poco de el, ya que quería vivir, y el me lo estaba poniendo algo difisíl con ese abraso suyo.

-No me quede despierta esperándote- mentí, ya que era él el que me tenía nerviosa- No podía dormir...- si, ya que un sádico vampiro estaba en los bosques. No podía decirle eso, que tenía miedo. No me gustaba que me vieran como una cobarde. Pero el me miro algo preocupado, frunciendo las cejas y dijo lo que sabia que había deducido.

-No tengas miedo, tienes que confiar un poco mas en nosotros- yo confiaba en ellos pero no en los parásitos.

Sabia que si le preguntaba lo que tenia en mi cabeza y no me gustaba la respuesta me arrepentiría mas tarde de haberla formulado, pero sentía curiosidad. Me aparte un poco de el, clave la vista en el piso y dije lo que querría saber en un susurro.

-Quil...¿que paso con...nuestro "visitante"?- no podía decir la palabra vampiro en frente de alguien, incluso casi no podía pensar en ella por mucho tiempo sin que esos recuerdos me atacaran de nuevo. No quería levantar la vista y mirarle ya que savia que me encontraría con sus enormes ojos negros y me perdería por completo su respuesta. Pero tome una gran bocanada de aire y le mire. Fue un completo error haber hecho eso ya que el me estaba mirando con una intensidad que raramente vi en una persona. Me taladro con la mirada por mas de 5 minutos, pero jamas respondió a mi pregunta.

El solo se dedico a mirarme, mientras con la mano que tenía libre (ya que su mano izquierda estaba firmemente atada a mi cintura y me apegaba mas a su costado) recorría una y otra vez el contorno de mi rostro. Los pómulos, mi mandíbula, mi labio inferior y luego todo mi cuello asta mis hombros, mi brazo y mi mano derecha, donde las entrelazo y se quedo ahí. Suspire unas cuantas veces, ya que su rose me dejaba una sensación de cosquilleo en la piel, y ,mas que todo eso sentí su calor. Mi piel ardía, estaba segura que no tendría ningún problema en igualar su temperatura un día de estos.

Cuando hube reaccionado, el estaba viendo hacia el bosque. Supuse que la manada estaría cerca. Ese pensamiento me tranquilizo un poco.

-Esta la manada al tanto de que estas aquí ¿no?- que sentido tenía preguntar. Ellos podían leerse el pensamiento pero solo cuando estaban en forma de lobos. Los demás ya sabrían que el estaba conmigo.

-No...no saben que estoy aquí...- no quise ser grosera al preguntar:

-¿Porque no?- pero me dio curiosidad.

-Suelo...venir a verte desde que regresaste..ya sabes, para ver como estabas...-le sonreí automáticamente a ese pensamiento. Por las noches no estaba sola después de todo.

-Aveces...Jake me encontraba..pensando en ti, y me daba permiso para venir a verte...me e atrevido a pasar por aquí en forma de lobo...-

-Mierda ¿Porque no me di cuenta?- esa noche en la que escuche a un lobo tan cerca de mi ventana, había sido el. No podía creer que le había tenido en forma de lobo y yo desperdicie la oportunidad de verle. Aunque, si lo veía en aquel entonces, sin duda me hubiera dado una ataque.

Quil puso los ojos en blanco al entender a que me refería pero siguió con su relato.

-Bueno después de esa noche- me miro por un segundo con una expresión algo rara. A mediad una sonrisa y a medias una mueca.- vine al menos dos veces a verte... vaya que tienes sueños muy vividos, te revuelves en la cama y empiezas a hablar...-Quil sonrió al decir eso. No quería ni imaginar que fue lo que pude haber dicho en sueños. Las perspectivas eran aterradoras.

- Pero volví como hombre...-

-¿Por que?...- casi le grite. Pero me sostuvo el rostro en sus manos y me dijo, con el rostro a solo un par de centímetros.

-Porque no quiero lastimarte...además dudo que pueda soportar las bromas de Embry...- En la última frase se noto que estaba algo molesto. ¿Era a Embry lo que estaba mirando con tanta atención? Pero eso no fue lo que me sorprendió.

-¿Te preocupas por Embry con Paul por ahí?- no tenía sentido.

-No te preocupes por Paul... Sam ha hecho que los demás se vayan....-¿qué?

-Entonces ¿no queda nadie vigilando? ¿La manada se ha ido?- ¿fue eso lo que quiso decir, que nadie sabía que estaba aquí porque la manada no estaba cerca?

-No...Jacob, Embry, Seth, Leah y Sam están patrullando...Aaaa, tu no sabes nada...- ¿nada sobre qué? Me le quede mirando por un minuto tratando de que entendiera que quería que me explicara.

-Bien,bien...solo te daré una pista, luego tu le preguntaras de esto a Jake...-

-¿Porque a Jake? ¿y una pista sobre que? QUIL...E-P-L-I-C-A-T-E...- le dije casi en un grito, ya que tenía que controlar un poco la voz porque no quería que Emily se despertara.

-Mira, la manada no es una sola...bueno más bien seria: las manadas...- al terminar la frase se río un poco por la expresión que huso.

-¿Hay dos manadas? ¿en un mismo territorio?- sabia que existían para proteger a la tribu, pero al fin y al cabo son lobos. Sabia que dos manadas de lobos no podían vivir en un mismo lugar si querrían evitar las...peleas.

Me estremecí al pensar en eso, pero luego me reconforto el hecho de que ellos eran amigos, hermanos y que no se lastimarían entre si.

-¿Que tiene que ver Jake en esto de "las manadas"?- desde que se sobre este secreto, Quil no hace mas que hablar de Jacob Black todo el tiempo.

-Ya te lo dije..preguntase lo a el...hay una gran historia detrás...- me mostró esa sonrisa suya y todo desapareció por un momento.

Solo eramos el y yo. Eso me hizo acordarme de una cosa.

-Esto, Quil...- no sabia como preguntárselo, ya que estábamos hablando de un tema completamente distinto.

-¿Que pasa?- el estaba jugando con un mechón de mi pelo, pero se detuvo a ver mi rostro. Me puse tan roja que podían confundirme con un tomate sin ningún problema.

-¿Te as ruborizado? ¿Que quieres saber?- tenía una sonrisa traviesa en su rostro, pero sus ojos no me engañaban. Estaba preocupado. Estaba segura de que el me daría lo que quisiera, no importa que tan imposible pudiera ser, aunque claro, en este mundo la palabra imposible no existía.

-No...no es nad...- el se acerco y me corto la frase con uno de sus dedos en mis labios.

-No te atrebas a decir nada...porque eso no es cierto...- me miro por un segundo y luego articulo un "adelante" para infundirme valor. Clave la miranda en el piso y respire hondo.

-Bien...aun no tengo muy en claro lo que paso ayer...- le mire de reojo para ver que había reaccionado. Entendió al vuelo lo que quise decir- como llegué a mi cuarto por ejemplo, o...bueno aun pienso que eso fue un sueño....- si el mejor sueño de mi vida.

-¿Ese fue tu primer beso?- me sorprendió la naturalidad con la que pudo decirlo. Para mi esto era un tema algo espinoso. Ya que mis padres (principalmente mi padre) me educo para temblar al escuchar las palabras "beso", o "novio".

-Si... ¿es que no a sido el primero para ti también?- sabia que esa pregunta era algo ridícula, considerando que Quil vivió mucho tiempo, pero el me había dicho que no había estado con nadie mas.

- Si, el primero...-se acerco a mi para posar sus labios sobre los míos con dulzura. Tanta dulzura que hizo que me sintiera en las nubes. Se separo de mí y termino su frase- pero no el último.

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