Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


martes, 20 de marzo de 2012

(46) El claro



Claire 

¡Claire espera! 

Quil venía unos cuantos metros detrás de mí mientras yo corría y me reía de él.
-¡Eres lento!- y yo muy rápida.
Cuando vi el río mi sonrisa se ensancho. Amaba saltar ese río.
Sin dejar de correr di un pequeño brinco que me impulso unos buenos 30 metros hacia delante, y al caer lo hice con la gracia de un felino, cosa que me gustada de todo esto.
Vi a Quil del otro lado que me miraba con sus grandes ojos lobunos.

Cruzare el río y te alcanzare. Adelanta te y busca a Nessie.  

Yo asentí y salí disparada hacia la casa Cullen. Emmet me esperaba afuera, como siempre buscando una buena apuesta.
-Veinte dólares a que no le ganas a Edward una carrera hasta el río ida y vuelta- yo me reí.
-Lo siento Emmet, pero no estoy de humor para apuestas hoy aunque me encantaría llevarme veinte dólares a casa. ¿Está Nessie?- la puerta del frente se abrió y salió Edward con una sonrisa en la cara, detrás de él estaba Bella. 
-Puedo vencerte cuando quieras Edward solo que hoy no estoy de humor.- Edward largo una carcajada y Bella lo miro sin entender.
-Odio cuando hacen eso- mascullo Bella bajito, pero se oyó claramente.
-Bella ¿se encuentra Nessie? Me llamo esta mañana porque dijo que quería mostrarme un lugar.
-Y es un lugar increíble- me dijo Reneesme que había aparecido por la puerta del garaje.
-¿Entonces qué esperas? Vayámonos- ella empezó a correr y yo tuve que seguir le el paso. Si ella no me estuviera guiando a su lugar genial yo la hubiera pasado con facilidad.
Nessie se volteo para ver quiénes eran los que venían detrás de nosotros. Yo no necesite hacerlo porque ya había escuchado sus mentes.
Sus voces mentales eran inconfundibles, ambas parecían gritar en vez de hablar.
-Oye, Nessie ¿Me darás una pista de como es ese lugar?- ella en lo único que estaba pensando en ese momento era en su fiesta de cumpleaños número 15. Estaba emocionada por ella ya que le regalarían su primer coche. Al igual que a mí.
-No, y no hagas trampa- ella me había pedido que no escarbara en su mente para ver sus recuerdos de ese lugar y yo había accedido ya que sino no me lo mostraría.
-Estamos llegando- anuncio de repente.
Yo sentía su efluvio por ese sendero y me adelante para llegar antes que ella. Crucé un par de arboles que parecían formar una entrada y me maraville con la belleza de aquel claro. 
Era verano por lo que el pasto era verde y un millón de margaritas blancas lo adornaban. Parecía de cuento de hadas. 
-Ya sabía que te iba a gustar- me dijo Ness entrando al claro despacio.
-¿Cuando lo encontraste?- le pregunte.
-Fue ayer cuando salí de caza con Jake. Pero ayer no estaban estas margaritas. Ahora esta mucho más hermoso- ella se sentó en el suelo, arranco una margarita y empezó a jugar con ella.
Yo simplemente observé cada centímetro del claro para guardarlo en mi memoria. Cuando llegue a esa pequeña entrada formada por arboles me di cuenta de que teníamos mirones.
-Salgan de ahí- les pedí. Ellos aun en forma lobuna entraron al claro.

Es hermoso   

Pensaron los dos a la vez.
-Sí, es el claro más hermoso que eh visto jamás- de sus gargantas salió un sonido que parecían ser risas.

No hablábamos precisamente del claro.

Me dijo Quil. Una carcajada salió de mi. No podían estar hablando enserio.
Quil se acostó a mis pies y yo me senté a su lado. Era la primera vez que estaba tan cerca de el en su forma lobuna.
El cerro los ojos y parecía dormido pero su mente estaba muy activa. Mire a Nessie y ella ya estaba recostada junto a Jake. Ella tarareaba una canción, y me di cuenta de que ya la había oído antes en su casa. Era una de las canciones que tocaba en su piano.

Es una nana. Nessie la compuso hace algunos años para Jake.

Me dijo Quil, que estaba mirando lo mismo que yo.
En ese momento me pregunte como harían para comunicarse ya que no tenían la ventaja que tenía yo. Y me dije que no eran necesarias las palabras. A veces las miradas dicen más que ellas.
Suspire y me recosté en el hombro de Quil.
-¿Te molesta?- le pregunte.

Claro que no. Eh querido hacer esto muchas veces y no eh tenido el coraje de pedírtelo. 

-¿Porque no? ¿Pensabas que podías hacerme daño?- no podía ser eso después de todas las veces que le dije que no le tenía miedo.

No lo se...
Durante 5 minutos reino el silencio en aquel claro. Solo se escuchaban nuestros corazones y algunas aves que cantaban.

Ya tengo tu regalo ¿sabes?

Fue Quil quien corto ese silencio.

-Te dije que no quería nada. Con tenerte a ti es suficiente.- era mas que suficiente.

No te hagas la difícil, Claire. Si te sirve de consuelo no me eh gastado nada.

-No me hago la difícil, amo los regalos, pero decía la verdad cuando dije que no quería nada. Pero supongo que deberé aceptarlo.- en su mente no vi nada en ese momento. Pero no haría trampa. Quería que fuera una sorpresa, como debía ser.


Solo te pido que te abstengas de meterte en mi cabeza hasta mañana.

Asentí y suspire. Mañana sería el gran día. Martes dos de febrero. Diez y siete años y poco tiempo para quedarme en La Push.

¿Que sucede? 

-No es nada...simplemente....me queda poco tiempo aquí.- no quería pensar en que me iría pero así era.

Te dije que encontraría la manera de que te quedaras aquí. No te preocupes por eso.

No se por que intuí algo de esperanza en su voz. Quil sabía algo que yo no y tampoco quería saberlo ahora. Yo no era tan chusma como para meterme en la mente de todos a averiguar cosas.
Unas pequeñas gotas de lluvia empezaron a caer pero no eran nada de lo que debiera preocuparme  ya que llevaba una campera impermeable puesta.
En tal caso, las pequeñas gotas le daban un toque de frescura a aquel lugar.

¡Que romántico! Me tope con un par de tórtolos. Lastima que todo terminará pronto para ustedes.

Me paré en el acto al escuchar eso de una mente nueva cercana al claro.
-¿Qué sucede?- pregunto Nessie que se había parado también, ahora estaba alerta.
-No estamos solos- Jake empezó a aullar llamando a los demás  que esperaran a orillas del rió listos para una emboscada.  

Vete de aquí

Me pidió Quil pero no estaba dispuesta a dejar que hicieran este trabajo solos cuando yo había vuelto.

-Ni lo sueñes.- salí disparada en dirección a donde había escuchado la voz antes y pude encontrar un rastro fresco que se dirigía al río. Genial, al menos no tendría que esforzarme por acabar con el ya que iba directo a una trampa. Pero necesitaba averiguar si el sabía algo sobre los planes de Ben. Tenía que alcanzarlo para meterme en su mente y obtener información.
Force mis piernas al máximo para obtener mi máxima velocidad. Pero no tuve que hacerlo por mucho ya que pude llegar a el con facilidad. Era alto y moreno, se encontraba a unos 800 metros de mi y sus pensamientos eran muy arrogantes.
Típico de neófitos: se creen los dioses del mundo.

Muy impresionante. Ben me hablo sobre tus dotes inmortales pero esa velocidad no es normal incluso entre lo nuestros. De todos modos me encantaría saber que harán tus amigos cuando me vean. Les tengo un regalito.

Tomando toda su fuerza de recién nacido, acelero hasta que no pude verle. Pero seguía escuchándolo en mi mente.
Acelere al máximo cuando vi lo que era capaz de hacer y rece porque ese don no se hubiera esfumado de mi.
Pero el ya estaba sobre el río y no podía detenerle.
Salto sobre el río y antes de que pudiera aterrizar la manada entera apareció de entre los arboles.
Pero esta sanguijuela ya contaba con que eso pasara. Antes de caer sobre un mar de dientes una gigantesca roca del tamaño de un auto dio contra Jake que era el mas cercano a su aterrizaje.
Un aullido lastimero seguido de un grito de dolor llenaron el bosque.
Esa garrapata siguió su camino a carcajadas mientras evadía a cada uno de mis amigos.
Vi cuando Nessie se acerco a Jake que estaba en el piso tratando de incorporarse, pero era consciente de que al menos una de sus piernas estaba rota.
Cuando crucé el río un lobo color arena me impidió el paso. Estaba siguiendo ordenes del alfa. 

Te quedarás aquí, Claire. Nosotros nos encargaremos.

-¿Lo dice el lobo tirado en el piso? No pienso quedarme aquí sin hacer nada, Jake.

Por favor no te metas en esto. No soportaría ver que te hicieran daño de nuevo.

El sonido lastimero de esa voz no pudo detenerme de evadir a todos y salir tras esa garrapata.
Era consciente de las voces que me rogaban que volviera pero no les hice caso y esas mismas voces se rindieron al darme cuenta de que ahora estaban conmigo en la casería.
Solo uno de ellos persistía en que me retirara, cosa que no iba a ocurrir nunca.
Me obligue a correr mas rápido para poder alcanzarlo pero sabía que sería demasiado tarde, de seguro ya debió haber escapado. Disminuí mi velocidad para poder esperar a la manada ya que los había dejado atrás.

¿Te rindes tan pronto? 

Ese tipo sabía acerca de mi don. Pero ¿como?.

-¿Porque no te muestras? ¿O acaso le temes a una indefensa humana como yo?- escuche claramente sus carcajadas y empecé a caminar en la dirección a ellas.

-¿Indefensa? ¿Mataste a Sofia y te llamas a ti misma indefensa? Tienes mas armas que un vampiro y en sima corres con perros. Pero ¿sabes que? No te tengo miedo- salió de detrás de un árbol como un fantasma.  No había ni un atisbo de humor en su rostro.
Viendo en su mente me di cuenta de que el tomaba esto como personal.
-Ella me provocó, Frank. Quería matar a mi amiga y no tuve mas remedio que destruirla. Como haré contigo.- mis voz sonaba calmada, justo como quería que fuera. Lo miré a los ojos que eran de un escarlata brillante. Estaba recién alimentado. Eso sería un problema.
Los chicos aun no llegaban pero podía escuchar sus zarpas a lo lejos al correr. No tardarían en llegar.
El seguía mirándome. En su mente pasaban recuerdos de todo lo que Ben le había dicho sobre mi.
Me estremecí al darme cuenta de que el sabía cosas que ni yo misma sabía que era capaz de hacer.
La neófita tenía razón: el era mas fuerte que nunca.
Ignoré esos recuerdos y busque en su mente algo que pudiera darme datos sobre los siguientes pasos de Ben.
Lo único que pude encontrar no me decía mucho.
Frank y Sofia eran pareja y Ben los visitaba de vez en cuando. Ellos estaban en Port Angel escondidos en una casa abandonada a las afueras de la ciudad. Sofia desapareció un día y Ben se le apareció a Frank con el cuento de que yo la había matado.
Pero había algo mas, que no pude ver. Era como presenciar una película y que a esta le falte una parte.  Sabía que esa parte era crucial y que eran los planes que yo necesitaba saber pero también sabía que no podría verlos porque Ben los ocultaba de mi.
Maldecí en mi interior. No conseguiría nada buscando de esta forma. Tenía que hacer que hablaran.
-Parece que Ben esta preparado para todo. Aunque lo intente una y otra vez no puedo averiguar sus planes, así que tendrás que ayudarme un poco- una sonrisa apareció en su rostro.
-¿A cambio de que? ¿Me dejaras libre?- su tono sarcástico tenía un borde ácido. No sonaba tan en calma como él quería.
-¿Dejarte libre? ¿Para que vuelvas con esa sanguijuela y le cuentes todo lo que viste sobre mi? ¡Por favor! No soy tan estúpida. Lo que tenía en mente era que si me dices lo que quiero haré que te maten ellos y no yo- dije, señalando en dirección al sonido de las patas de la manada que se acercaba.
-¿Cual es la diferencia entre que me mates tu y no ellos?- justo la pregunta que esperaba escuchar.
-Que ellos lo harán mas rápido y sin dolor. En cambio yo lo haría lento y tortuoso. Como lo hice con tu... ¿era tu novia?- esa fue la gota que rebaso el vaso.  

jueves, 15 de marzo de 2012

(45)¿ Nos mudamos?


Holis! 
Quiero comunicarles que esta historia esta llegando a la mejor parte... al menos a la que me gusta a mi. 
Y también decirles que tal vez me retrase un poco en publicar porque estoy comenzando las clases y prefiero estudiar ahora y no a fin de año o en vacaciones. 
Bueno espero que les guste el capi, que comenten y que tengan una muy buena semana!
Besos! XD 


Sara

Me desperté muy temprano en la madrugada. Y estaba angustiada. Esos malditos ojos me tenían loca. En ese momento, sentada en la cama  abrasando mis rodillas no podía creer que estuviera llorando por algo que no conocía, por alguien que jamás había visto. Estaba desesperada, esto tenía que acabar. Y la única manera de hacerlo era encontrando a la persona que poseía esos ojos.
-Sara ¿estás bien? ¿Puedo pasar?- mi madre me hablaba desde el otro lado de la puerta.
Me enjuagué las lágrimas y me pare a abrir la puerta.
-¿Pero que te está pasando?-ella me abrazo y me arrastro de nuevo a la cama.
-No es nada mamá. Simplemente un sueño- si, era eso simplemente porque no se le podía decir que era una pesadilla cuando no estaba llorando por miedo sino por...No lo sabía exactamente.
-¿Simplemente? ¿No es nada más, Sara? Has estado así las últimas semanas, te despiertas por la madrugada y no te vuelves a dormir. Mira esas ojeras- me dijo pasando sus dedos por debajo de mis ojos donde estaban marcadas mis ya tatuadas ojeras.
Mi madre era perspicaz y no podía ocultar le cosas como esta.
-No lo sé. Pero esto dejádmelo a mí. Soy yo la única que puede acabar con esta situación de una vez- mi mamá me entendería. Ella confiaba en mí lo suficiente como para dejarme algunas cosas sola.
-Está bien. Pero ten cuidado. Y ahora ve al baño y date una ducha. Faltan 3 horas para tu examen y tienes que parecer normal.- salí del cuarto sonriendo. Era afortunada de tener una mamá que me entendiera tan bien.
Estuve en el agua por más de una hora. Treinta minutos lavando mi cabello y mi cuerpo y otros treinta minutos cantando mis temas favoritos. El baño era mi lugar favorito en toda la casa para estar sola.
Cuando estuve lista mi madre de esperaba con el desayuno.
-Pensé que volverías a dormir. Son las 6 de la mañana- le dije al tiempo que me acomodaba en la mesa.
-Hoy entro temprano al hospital. Últimamente ha habido mucho trabajo-  yo no le di demasiada importancia a eso, después de todo las consultas más frecuentes eran por jaqueca y dolor estomacal. Nada que tuviera que ver con los ataques de un monstruo del bosque.
Cuando termine de desayunar aun me faltaban 45 minutos para mi examen, así que decidí repasar un poco. Prácticamente me sabía de memoria las 50 hojas de resumen que había sacado de ese libro y de mis cuadernos. Me canse de “estudiar” y me dije que sería bueno darle un vistazo al día.
Abrí la cortina de la ventana de mi cuarto y ahí estaba la nublada Alaska. Mire por la ventana sin ver nada exactamente. Cerré los ojos y me concentre.
-El señor Tanner nos dejaría hacer lo que quisiéramos por ser el último día, pero las cosas se saldrían de control.
-En la cafetería sería un día de Pizza. 
-No habría gimnasia hoy porque la profe nueva se había roto una pierna.
-Matt y Margaret discutirían en público a la salida de la escuela.  
Sonreí un poco al ver eso. No es que le deseara lo peor a mi antiguo novio y mejor amigo, pero la verdad necesita que le enseñen como son las cosas.
Seguí escudriñando el futuro hasta que vi algo raro.
Normalmente las imágenes que veo son muy buenas y no son borrosas como en este caso. Estaba espiando el futuro de Ashley y este apareció borroso, estaba en el bosque y de repente simplemente apareció en su casa. Era como si a la visión le faltara un pedazo, lo que hacía en el ese bosque antes de regresar a casa.
-Sara, te llevo al instituto. Apúrate que faltan 15 minutos.- esa era mi madre otra vez gritándome detrás de la puerta.
-Ya voy- agarre la mochila y me dirigí hacia la puerta principal donde me esperaba mi madre.

-Hola, Ashlye ¿Has estudiado?- ella bufó. Estaba dando estas clases solo porque sus padres la habían obligado. La verdad ella no era una gran estudiante y desearía poder estar en las playas de Florida en ese momento.
-Si estudie pero de todos modos no lo salvaré. Ya me conoces... Oye, ¿aquel que viene hacia acá no es Matt?- en cuando pronuncio ese nombre el mundo se vino abajo. Yo no quería voltear a ver si era verdad, quería salir corriendo de allí pero unas manos me agarraban firmemente del brazo.
-Tienes que enfrentarlo. Terminar con esto de una vez.- trate de que me soltara haciendo la menos fuerza que era capaz.
No podía permitirme descuidarme.
-Ashley, no quiero enfrentármelo, no estoy lista para verlo siquiera.- pero sabía que ya era tarde para escapar. Maldije mi don en mi interior. No era lo suficientemente fuerte como para poder ver con exactitud todo lo que pasará y eso era un fastidio.
-¿Sara puedo hablar contigo?- esa voz que podía llegar a ser tan dulce no tenia expresión alguna en aquel momento. Era fría. 
Lo mire y ahí estaba. Perfecto, con su metro 70 de alto y sus ojos verde esmeralda.
¿Cómo pude ser tan tonta como para pretender ser la dueña de un ser como él? Dijo una voz en mi cabeza.
Lo quede mirando por un segundo pero tuve que apartar la mirada cuando me di cuenta de que me largaría a llorar como una tonta en cualquier momento.
-Vamos, Sara. Solo quiero hablar como en los viejos tiempos.- los viejos tiempos, eran justo eso: viejos, pasado. Nada volvería a ser igual.
Yo asentí y él me guió hasta los estacionamientos del instituto. El se recostó en su precioso BMW negro que le habían regalado sus padres hacía unos meses.
Esa imagen me era demasiado familiar. 
Me acerque dejando una distancia entre nosotros de más o menos un metro, aunque quería que fuera de kilómetros.
-¿Que quieres, Matt?- pronunciar su nombre me quemaba en carne viva. Había sido demasiado importante. 
-Creo que pedirte perdón- levante una ceja incrédula.
-¿Creo?- fue él quien me traiciono, me apuñalo por la espalda ese día con esa chica.
-Está bien, tienes razón... Mira Sara enserio lamento que todo haya terminado de ese modo. Yo no quería que te enteraras de esa forma. Te lo iba a decir-
-¿A si? ¿Cuándo? ¿Luego de que pasaran los meses y hayas estado con 20 chicas más? Matt, todo el mundo sabe que dejaste a esa chica plantada cuando tú mismo la habías invitado a salir. Y que has estado saliendo con mas estos días. A mí no me engañas, se que solo fui una de tantas.-  casi le escupí eso ultimo en la cara antes de darme vuelta y marcharme. Pero no pude porque una mano muy fuerte me tomo por el brazo.
-Espera, por favor. Eso no es cierto. Yo te ame, no sabes cuanto. Y quiero arreglar las cosas. Sé que no volveremos a ser lo que éramos pero al menos seamos amigos. Solo quiero que todo quede bien entre nosotros, por todo lo que vivimos.- yo estaba negando mucho antes de que terminara de hablar.
-No se puede, Matt. Es algo que no se perdona fácilmente. Y la verdad...no sé si quiera volver a ser tu amiga. Lo siento- el simplemente se quedo parado, viéndome con expresión torturada.
La verdad no sabía si creer o no en su rostro y en todo lo que dijo, aunque sonaba de verdad angustiado.
Las lágrimas no habían tardado en aparecer. Me dirigí al baño antes de entrar a clases.
No podía creer que le había dicho que no a Matt. Simplemente era mi talón de Aquiles y nunca le había dicho que no.
Lo que más me desarmo fue saber que realmente me amaba. No sabía si lo había dicho de verdad, pero lo dijo y esas palabras viniendo de su boca me destrozaban más.
Me seque las lagrimas y me dirigí a mi clase. Por suerte no me tocaría con él, pero tendría que dar el examen de matemáticas.
 El día pasó rápido. No volví a cruzarme con Matt de nuevo y eso fue un alivio. Pero en la cafetería Ashley actuó muy rara. Recordé la visión que tuve de ella y me di cuenta de que estaba igual de nerviosa que esa visión. Sus manos temblaban un poco y sudaban.
-Ash ¿estás bien? Te ves nerviosa- le dije mientras abría una botella de coca-cola.
Ella no pareció oírme. Estaba con la cabeza agachada y muy concentrada pensando.
-¿Ash?- la llame de nuevo y esta vez sí hubo respuesta. Levanto su cabeza y me miro. Sus ojos estaban desorbitados, como... bueno como una loca.
-¿Te encuentras bien?- le dije de nuevo pero ahora más seria. En verdad algo le estaba pasando.
-Sí, si. Estoy bien, solo algo preocupada por el examen. Creo que no me fue muy bien, eso es todo- me dijo, muy rápido, amontonando las palabras una arriba de la otra.
Sabía que estaba mintiendo. A ella nunca le habían importado estos exámenes. Así que ¿qué le pasaba?
Mi última clase sería biología. Se suponía que hablaríamos sobre aparato circulatorio humano pero el profesor cambio de parecer.
Los últimos días se habían registrado un par de ataques de lobos en las montañas y el profesor había llamado a un amigo suyo experto en esos caninos para que pudiera responder a nuestras preguntas.
El tipo era un cazador, que la comunidad entera había llamado para acabar con esa manada de lobos que había traído problemas.
-Mi nombre es Fred y su profesor me ha contactado para responder a sus preguntas.- dijo al frente de la clase con una voz áspera. Ese hombre tendría más o menos 30 años.
Había solo una cosa que quería preguntar.
Fui la primera en levantar la mano.
-¿Si?- Fred me señalo con el dedo indicándome que hiciera mi pregunta.
-¿Que tanto puede crecer un lobo?- quería saber si lo que había visto ayer sobre Claire y esos lobos podría llegar a ser cierto.
-Bueno, no son animales que crezcan mucho. Son del tamaño de un perro grande, pero más alargados y de patas finas. Andan en manadas así que nunca veras a un lobo solo. ¿Alguna otra pregunta?- el señor Fred siguió dando la clase y respondiendo cuanta pregunta se le hizo.
Yo simplemente me incline en mi asiento e intente buscarle sentido a esa imagen.
Si los lobos comunes no llegan a ese tamaño, solo quedaba pensar en que no eran lobos comunes y que eran algo más. Pero no había visto  mucho como para darme cuenta de que.
Suspire y tome una decisión. Me había prometido nunca ver el futuro de Claire a propósito, porque no quería entrometerme en su vida pero esto era importante. Ella podría estar en peligro.
Por surte estaba hasta el fondo de la clase así que no me verían con facilidad.
Cerré los ojos y me concentre en Claire.
Y las imágenes empezaron a llegar. 
Lo único que pasó en mi cabeza fue Oh, por Dios
Señorita Jones!- ese fue mi llamado para volver a la realidad.
-Lo siento- dije algo nervioso. Necesitaba irme y rápido.
-¿Me puede decir usted lo último que mi amigo Fred dijo?- y justo en ese momento me salva la campana de salida. 
-Lo siento profesor pero tengo que irme. Tal vez otro día- recogí mis cosas y salí de la clase como una bala. Tome mi celular y marque el número de mi madre.
Atendió enseguida.
-¿Hola?-
-Mamá necesito ir a la Push hoy mismo. ¿Me prestarías tu auto? Es importante ella está en problemas.- mi mamá suspiro del otro lado. Pude sentir el aire del otro lado como si se estuviera moviendo.
-Iré a buscarte y hablaremos.- suspire. No tenía tiempo para esto.
-No, ya estoy en camino. Llegaré más rápido corriendo. Tu apróntame algunas cosas en un bolso, estaré allí por al menos unas semanas.- ya había salido del instituto y había entrado en el bosque. Desde aquí sería más fácil y rápido llegar a casa.
-Sara, tengo algo que decirte. Deja que vaya a recogerte.- mi madre estaba insistiendo más de lo normal en esto así que debía ser algo importante.
-Ya es tarde, mamá. Pero cuando llegue hablaremos. Me encantaría que fuera algo sobre mi padre- unas risas cantarinas se escucharon del otro lado.
-No, hija. No es sobre eso. Te esperaré con tus cosas empacadas.- y luego de eso colgó.
Ahora que había cortado podría correr de verdad. Llegaría a la casa en menos de dos minutos.
Me hubiese encantado hablar sobre mi padre. Ya era lo suficientemente grande como para saber de él. Si estaba muerto podría con eso, después de todo no lo conocía y no me afectaría mucho. Pero si estaba vivo quisiera conocer a la persona que nos abandono a mi mamá y a mí de esa forma.
Cuando llegue a casa mi madre estaba esperándome afuera de la casa.
-¿Qué haces? Esta frió, debes entrar.- el día era inusualmente frió para esta época. Aunque el tiempo era lo ultimo por lo que tenía que preocuparme.
Entramos a la casa y me sorprendió ver un montón de cajas con todas nuestras cosas.
-¿Que está pasando?- le pregunte a mi madre. En una caja pude ver mis CD y mis libros.
-Quería hablarte de esto hace mucho, pero no estaba decidió todavía.- yo la mire sin comprender.
-¿Hablarme de qué?- mis nervios de repente se esfumaron.
-Me llego una propuesta de trabajo hace algunas semanas. De parte de un muy buen doctor que trabaja en Forks y quiere contratarme como una mano derecha o algo así. La verdad la oportunidad es única y es muy buen pagada.  Pero tendríamos que mudarnos a Forks para que yo pudiera trabajar allá.  Sé que es muy apresurado pero-
-¿Nos mudamos a Forks?- fue lo único que dije. No sabía exactamente que pensar.
-Sí. Perdona por no habértelo dicho antes. Debí haberlo consultado contigo. La verdad tenía la esperanza de que lo vieras venir- mi mente seguía en blanco. No sabía que pensar sobre todo esto, pero tampoco me molestaba. Viéndole el lado bueno, estaría cerca de una playa como la de la Push   y no sería un gran cambio ya que Forks y Alaska tenían exactamente el mismo paisaje.
-¿Vas a decirme que piensas?- me pregunto mi madre.
-Bueno...Es una oportunidad increíble en tu trabajo y estarás muy bien pagada así que saldremos de compras a Seatle con tu primer sueldo ¿de acuerdo?- ella se echo a reír como una niña. La idea no me parecía tan mala.
-Bueno ahora que ya hablé, creo que te toca a ti. ¿Qué diablos pasa que es tan importante en La Push?- no podía ocultar le cosas a mi madre, pero esta vez era mejor que no se enterara.
-Claire esta en problemas, es todo lo que puedo decirte por ahora. Necesito llegar lo antes posible así que tengo que salir ya. Por favor préstame tu auto.- nunca antes le había pedido el auto a mi madre para un viaje tan largo, así que no sabía que respondería.
-Bueno, podrías ir en mi auto o en el nuevo coche de Claire. Sus padres pasaron hoy por acá y lo dejaron con la esperanza de que viajaras por su cumpleaños y se lo dieras. Es caro así que tendrás que tener cuidado- ¿caro? No creo que los padres de Claire tengan el dinero suficiente como para comprar un mercedes último modelo, y ni siquiera con la plata que pusimos alcanzaría.
Pero ahí estaba. Perfectamente negro y era deportivo. Mis deseos de hacer un viaje largo en ese coche eran cada vez más grandes en cuanto me acercaba a aquella preciosidad.

-Ten cuidado. No te pases con ese coche ¿sí? Y felicita a Claire por mi.- mi madre me dio un fuerte abrazo y me prometió que estaría en Forks con la mudanza dentro de dos días.  
Me disculpe por no poder ayudarla y subí al auto de mis sueños.
No es tuyo pensé. Solo lo usaras esta vez, así que disfrútalo.
Pisé el acelerador delicadamente porque aquellos vehículos eran muy sensibles.
Cuando llegue a la ruta me pude dar el lujo de ver que podía hacer este mercedes.
Pero me dije que tenía que tomarme enserio lo que había dicho mi madre, que no debía pasarme, después de todo era un regalo ajeno.  Uno muy caro.
Me pregunte de donde había salido tanto dinero.
Deje de pensar en eso cuando en mi mente brotaron ideas que eran simplemente descabelladas.
Me concentre en la carretera y en que debía llegar a la Push.

sábado, 10 de marzo de 2012

(44) Esos ojos...

Bueno eh estado inspirada últimamente así que les dejo un nuevo capi!, que espero que les guste. Y quiero agradecerle  a Anika que es una muy fiel seguidora y decirte que espero que publiques pronto que tu historia me encanta!
Besos! Y Buena semana! XD 



Me sentía el ser mas monstruoso del mundo. Ya había pensado con anterioridad en encerrarme en una jaula de acero en una isla desierta en medio del mar. Era el mejor lugar para alguien que ponía en riesgo a las únicas personas que la querían. Fui una estúpida todos estos años en pensar que Ben había desaparecido. Debí haberle dado caza y destruirlo antes de que esto pasara.
Debí haber echo tantas cosas.
Y ahora que pensaba en irme para dejar a todos en paz, Quil me venía a decir que iría conmigo.
¡El no podía estar hablando en serio! Estaba eligiendo me a mi en lugar de a sus amigos y familia... Y eso me hacia aun peor persona. No podía hacerle esto a el.  Su lugar es aquí en la Push no en “cualquier lado” como había dicho antes.
Pero ese “cualquier lado” tenía un significado oculto que yo no podía descifrar y eso me inquietaba. 
Suspire en la oscuridad, aunque no era realmente oscuro para mi. Podía ver cada detalle si quería y escucharlo todo. Esta era la única parte que me gustaba de todo esto, aunque estos poderes habían sido mi desgracia. Creo que usándolos me sentía libre. Era yo misma, de algún modo que no lograba entender. Toda mi vida me pregunte que se suponía que eramos Sara y yo. Y tenía el presentimiento de que jamas lo averiguaríamos.
No podía someterme a análisis de sangre con doctores que encontrarían algo raro en mi y me encerrarían como una rata de laboratorio y lo peor sería que no podrían decirme con exactitud que era. Porque nadie podía. No existía científico o doctor que pudiera...  O si lo había.
Estaba segura de que el estaría predispuesto a colaborar conmigo. Podría ir ahora. Sería simplemente una pequeña muestra de sangre y nada mas. Tal vez un cabello si no era posible un análisis  de sangre... Suspire. Aun pensaba en ellos como vampiros aunque trataba de que no fuera así. Debía confiar en él en todo esto. 
Pero aunque fuera ahora a su casa y tomara las muestras necesarias, el resultado tardaría demasiado tiempo, y era justo eso lo que en este momento menos tenía. Tal vez si yo no conseguía salir de todo esto viva, los resultados les fueran dados a Sara. Al menos ella si sabría la verdad.
Me dije que mañana temprano iría a la casa de los Cullen y hablaría con Carslie en privado.
No quería que se enterara todo el mundo, porque pensarían que estaba pensando en mi mientras muchos arriesgaban sus vidas. Pero esto no era solo por mi.
Sara también estaba en todo esto... y Quil. No me gustaba pensar mucho en el futuro y mucho menos en uno reciente ya que sabía que no era muy bueno, pero mas adelante, si es que había algo para mi, pensaba en formar una familia. Y tenía que estar segura que nada intervendría en eso.
No era un vampiro pero guardaba cierta relación con ellos, y tenía entendido que una vampiresa no puede tener hijos.
Tenía que estar segura.
Sentada en aquella roca cerca del mar se me escapo un bostezo. Pero no tenía ganas de marchar aun.
Luego de haber escapado de aquella escena de la fogata, la brisa salada del mar era tranquila, y por una vez en un largo tiempo podía ver las estrellas. Como había pensado aquella vez contra la ventana, esto era la calma antes de la tormenta, aunque había asumido que la tormenta había comenzado ya y que jamas me sentiría tranquila hasta que acabara.
Luego de algunos minutos mas, decidí que era bueno regresar. Se estarían preguntando por mi, aunque me sorprendió que no me hayan salido a buscar. Tal vez me escucharon cuando salí corriendo y les grite que quería estar sola.
Caminando hacia casa, me dije como estaban las cosas.
Ben seguía perturbando mi paraíso. Paul me odia por haberlo atraído hasta aquí. Tengo la imperiosa necesidad de averiguar de una vez por todas que bicho raro soy y debo irme pero Quil me amenaza con seguirme, cosa que no permitiré.
Una sonrisa siniestra se dibujo en mi rostro.
Que complicada que era mi vida.


 Sara

-Buenas noches mamá- me despedí cuando hube terminado de lavar todos los platos de la cena. Pase por el sofá y ella estaba mirando una de esas películas en las que lloras un mar de lagrimas.
-Buenas noches hija- ella me dio un beso en la frente y yo me dirigí a mi habitación.
Estaba oscura y como la noche anterior daba la sensación de que no estaba sola. Sacudí mi cabeza como si con eso consiguiera sacar esas ideas de mi mente.
Prendí la luz y agarre mi diario.

                                                                                                             Viernes 29 de enero  12:30 hs

Querido Diario:

Esta mañana me levante entre gritos... Otra vez.
Es la misma pesadilla de siempre: Estoy sola en el bosque, pero no es aquí, no es Alaska. Y corro, corro muy rápido, como cuando era niña. Pero es solo eso. Siento que tengo que buscar algo, alcanzar algo de vital importancia pero nunca llego a nada. Es verdaderamente desesperante.
Y luego, al final, cuando la nada me cubre, aparecen esos ojos. Ojos marrones que me miran.
Y yo me siento a salvo. Esos ojos no me miran con desprecio o con miedo como muchos lo han echo. Son dulces y parce que les gusta lo que están viendo. Es cuando en mi, nace la necesidad de saber a quien les pertenecen y empiezo a gritar y llorar pidiendo de una vez que el rostro entero aparezca ante mi y es ahí cuando despierto entre gritos, con mis mejillas mojadas por las lagrimas y sudando.
Como sabrás le eh estado dando muchas vueltas al asunto. Y eso no es todo. Hace unos momentos antes de la cena eh tenido otra visión. Y no me gusta para nada.
Es Claire corriendo entre lo que parecen ser lobos. Lobos gigantescos, nunca había visto nada igual por lo que me estoy preguntando si realmente fue una de mis visiones o solo mi imaginación. De todos modos voy a llamarla después de escribirte.   
Estoy preocupada. Los últimos meses han sido muy raros, sobre todo desde que se fue Claire. Lo que mas me preocupa es que no me llama. Debe de estar de verdad ocupada para que no lo haga.
Solo espero que lo que estoy pensando no sea realidad porque no quiero vivir todo eso de nuevo, no otra vez.

Suspire y cerré mi diario para guardarlo entre unas tablas huecas debajo de mi cama. Me dije que no debía de preocuparme por ella porque si algo malo estuviera pasando allá en la Push ella me lo hubiera dicho. O eso creía.
Tome el teléfono que  estaba encima de mi escritorio y marque el numero de la casa de su tía. Claire me lo había dado antes de irse por las dudas, y en vista de que no atendía su celular nunca, decidí llamar a pesar de la hora. 
Sonó mas de 10 veces y apareció el contestador: Se a comunicado con la casa de los Uley. En este momento no podemos atenderle. Por favor deje su mensaje después del tono. Gracias.
Era la voz de un hombre. Supuse que la de su tío porque ese mensaje estaba grabado.  
Estaba algo enfadada. En esa casa nunca había nadie.
Cuando le preste mas atención a lo que estaba haciendo me di cuenta de que el tono ya había pasado y me apresure a dejar mi mensaje.
Hola, soy Sara. Me encantaría que Claire me llamara alguno de estos días. Necesito hablar con ella. Bueno, eso es todo. Adiós.
Luego de eso colgué el teléfono. Solo restaba esperar a que Claire lo escuchara y se decidiera a llamarme.
Bostecé y me dirigí a la cama. Había sido un día muy largo y mañana tenia mi ultimo examen. Si quería pasarlo y no dormirme sobre la hoja tenia que acostarme ahora.
Pero sabía que allí estaría esperándome ese maldito bosque de no se donde haciendo que enloqueciera buscando algo que no llegaría a encontrar.
Estire la mano para poder apagar la lampara que había a mi lado y todo el cuarto se quedo en penumbras y en absoluto silencio.
Y algo estaba vigilando.

viernes, 9 de marzo de 2012

(43) ¿El fin de una amistad? 2ª parte


Hello! 
Gracias! Mil gracias por seguirme! Y por sus comentarios! 
Aquí les dejo un nuevo capitulo y les cuento que este lunes 12 comienzan las clases y la verdad no se como voy a hacer para levantarme temprano en la mañana! Pero presiento que este año sera genial y por supuesto que seguiré publicando cuando pueda. 
Bueno un beso grande a todas y un Feliz día de la mujer que fue ayer pero mejor tarde que nunca!
Bay XD 


Tome algo de ropa de mi armario y me dirigí a la ducha. Estaba hecha una pena.
Me tome mi tiempo bajo el agua relajando cada uno de mis músculos. Me seque y me puse uno de mis vaqueros favoritos, era uno de esos vaqueros  usados que te gustan simplemente porque de tanto usarlos se vuelven muy cómodos. También me puse una remera blanca de manga larga que me había regalado mi madre para navidad, era la primera vez que la usaba. Me coloque un par de championes negros que me encantaban y me cepille el pelo.
Al hacerlo me di cuenta de que necesitaba un corte. Hacia dos meces desde la ultima vez que me había cortado el cabello y la verdad es que ya empezaba a verse horrible.
Antes de salir del baño pensé en como les iba a decir a todos lo que estaba pasando. Solo me llevo un minuto el decidir como hacerlo.
Estaba muy tranquila, mas de lo que hubiera esperado en mi.
Al entrar a la sala me sorprendió encontrar solo a Quil esperándome. Me había concentrado tanto en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que estaba muy silencioso ahí afuera.

Billy pensó que hacia mucho que no nos reuníamos en una fogata, así que organizo una esta noche.
Espera que puedas contar tu historia allá.

Me dijo Quil mentalmente. Una fogata era perfecto. Un clima lo suficientemente tranquilo y mágico como para que los nervios no me comieran viva.  
-Esta bien...pero antes de irnos...- me acerque a el y lo arrastre hasta el sofá. Nuestras respiraciones se aceleraron sabiendo lo que vendría después. El se sentó y yo encima de el.
Y lo bese.
Recordé lo que había pasado en el bosque aquel día y lo poco se necesitaba para que perdiéramos el control. Creo que eso estaba buscando, perder el control y no pensar en otra cosa que no fuera el por una noche. Yo quería eso, pero sabía que Quil intentaría parar, aun así yo no pararía hasta que el lo hiciera.
Sentí que triunfaba cuando el dejo que le sacara la remera. Se dejo llevar y yo pensé que había conseguido lo que quería. Sonreí de una forma casi perversa, como si yo fuera la mala de la película y el fuera el ingenuo chico que se deja llevar por la linda chica.
El me acostó sobre el sofá y yo sentí una oleada de placer cuando el empezó a besar mi cuello.
Era la mejor sensación que hubiera experimentado nunca. Pero en cierto momento el tomo mis manos y las puso sobre mi nuca.
Pude ver en su mente en ese momento que había tomado el control de su mente nuevamente.
Lo vellos de la nuca se me erizaron cuando el suspiro cerca de mi oído.
-Si que eres picara- me dijo en un susurro terminando la frase con una pequeña carcajada.
Yo simplemente sonreí derrotada. No obtendría lo que quería hoy.
Quil me miro a los ojos y pude ver que aun estaban encendidos.
-Pensé que tu eras la que pensaba y yo el que me dejaba llevar. ¿Cuando cambiamos los papeles?- yo simplemente me reí y le di un beso fugas en los labios.
-Creo que deberías dejarme ser la mala algunas veces ¿no crees?- el se rió conmigo y me soltó.
Se paro y busco su camiseta que estaba tirada en el piso detrás del sofá.
Me di cuenta de que su expresión y sus pensamientos cambiaban cuando quiso darse la vuelta para tomar su camiseta.


No es nada. No tienes que preocuparte.

Me dijo antes de darme la espalda. Ya había visto en sus pensamientos que Paul lo había alcanzado en su pequeña pelea en el bosque. Pero el echo de verle una cicatriz en su espalda me hacia enojarme aun mas.
-Prometeme que me detendrás si intento matar a Paul esta noche- le dije entre dientes.
Sus características carcajadas razonaron en toda la casa.
-No te prometo nada, porque si es el quien se pasa de la raya contigo seras tu quien deba detenerme-
  Cuando salimos de la casa eran las 8 de la noche.
-Vaya, eh dormido casi un día entero- eso me sorprendió.
Vi que Quil no entendía de que estaba hablando.
-Amor, as estado inconsciente durante 3 días- ¿que? ¿habían pasado 3 días?
-Es una broma ¿verdad? No pude haber estado tanto tiempo dormida...no...- Quil me tomo por detrás y me abraso.
-¿Que sucede? ¿A que le temes?- me susurro al oído.
-Es que... el tiempo se me termina... Desperdicie 3 días que pude haber pasado contigo y los demás.- el entendió de que estaba hablando. Por un segundo paso por su mente una imagen mía yéndome de la Push.
Una lagrima rodó por mi mejilla al darme cuenta de que ese momento llegaría pronto.
-Te prometí que encontraría la forma de estar juntos. Te vi partir una vez y no quiero volver a hacerlo. Tu no te iras de aquí aunque tenga que atarte con cadenas a un árbol- me dijo muy seguro de si mismo.
Solo asentí y trate de tranquilizarme. Yo confiaba en el.
Reanudamos la marcha tomados de las manos. Era algo que me encantaba porque podía darme el lujo de pensar que era MIO. Y lo era, como yo suya.
Cuando estuvimos lo suficientemente cerca de llegar, pude escuchar sus mentes. En realidad no pensaban en nada que me importara. Pero una de esas mentes llamo mi atención.
No me moleste ni siquiera en pensar en su nombre cuando oí lo que estaba pensando de mi.
Apreté la mano de Quil con fuerza para que el estuviera preparado si yo salia corriendo tras el.
Si Paul tan solo supiera...

 Tranquilizate.

Fue lo único que paso por la mente de Quil. Creo que no solo me lo decía a mi, sino que también era para el mismo. 
El estar en una de estas fogatas me hacia trasportar mi mente al pasado y recordar todas las noches mágicas que tuve aquí. Me entristecía el echo de que ya no todo fuera igual.
Cuando llegamos la atmósfera se puso tensa. Me di cuenta de que tanto Sam como Jacob estaban cerca de Paul por si las cosas se ponían feas. Pero Rachel se había colocado al lado de su hermano y no de su futuro esposo. Tenía que arreglar esto, pero no sabía como.
Tendría que esperar hasta que fuera mi turno de hablar.
Saludamos a casi todos al llegar. No quise acercarme mucho a Rachel y ella lo comprendió por lo que solo nos sonreímos a distancia como modo de saludo.

No le hagas caso a Paul. El sabe que esta enfadado por una estupidez. Se le pasara antes de que te des cuenta... Y perdona por no haber explicado las cosas antes, es que pensé que tu lo harías mejor.

Yo solo asentí a todo lo que me había dicho. Aunque no estaba de acuerdo con la ultima parte, pero sabía que tenía razón.
Quil y yo nos sentamos al lado de Emily. Esta me dio un tierno abrazo.
-¿Te sientes mejor?- me pregunto en susurros.
-Si, estoy bien... Algo hambrienta pero bien- la verdad es que no había comido nada desde que desperté.
-Cuando lleguemos a casa prepararé lo que quieras. Y si quieres te puedes quedar a cenar Quil- genial. Lo tendría toda la noche para mi.
-Bueno creo que todos saben porque estamos aquí. En vista de lo que ha pasado los últimos días creo que era necesario una explicación. Estamos ante un gran problema que amenaza con destruir la paz en nuestra tribu...- Billy se detuvo por un momento.

¿Estas lista?   
Me pregunto. Respire hondo y asentí decidida.
-Y no seré yo quien les cuente lo que ha pasado- cuando Billy termino de hablar todos me miraron.
-Creo que debería empezar con cosas que sucedieron antes de este ultimo... accidente. Pero antes de que les cuente todo lo ocurrido me gustaría que me escucharan hasta el final. No quiero que me pregunten nada hasta que termine.- tome aire por ultima vez y empece, como lo había planeado.
-No se si están al tanto de esto pero desde que llegue aquí eh tenido muchas pesadillas. Algunas de las cuales me han despertado en medio de la noche entre una gran desesperación. Estas pesadillas son importantes en esta historia porque ya no es mi subconsciente quien las crea... Descubrí que el puede meterse en mis sueños y controlarlos, haciendo que vea lo que el quiere. La ultima vez que paso esto fue hace 3 días. Desperté por la mañana después de una de mis pesadillas. En ella estaba presente la chica que persiguieron hasta Canadá. Me desperté nerviosa, sabiendo que algo iba a pasar. Cuando Sam los llamo me di cuenta de que no podía quedarme de brazos cruzados mientras todos se arriesgaban por mi. Salí detrás de ustedes... aunque Rachel me pedía que no lo hiciera.
No le hice caso y seguí adentrándome mas en el bosque, hasta que escuche una mente que no era la de Rachel. Estaba parada en una rama de un árbol y por lo que pude escuchar pensaba llevarme. Nos tomo a mi y a Rachel y nos envió contra un árbol. Vi que Rachel caía inconsciente y que esa sanguijuela iba tras ella. La adrenalina me invadió y solo pensé en que tenía que impedir que algo le pasara. No estaba en mis planes que mis dones brotaran así de la nada pero eso fue lo que paso. Antes siquiera de que pudiera parpadear ya estaba en  frente de Rach escudando la con mi cuerpo.
No recuerdo bien como fue pero se que logre acabar con esa sanguijuela antes que ella con nosotras. Pero antes de terminar me di cuenta de que ella no estaba allí para llevarme. No había penetrado lo suficiente en su cabeza como para darme cuenta de que estaba haciendo lo que Ben quería.
A el no le gustan los juegos fáciles y el cree que conmigo como jugadora las cosas se le harán mas difíciles. Cuando todo acabo me empece a sentir mal. Simplemente el mundo giro a mi alrededor y luego de eso perdí el conocimiento.- ese fue el discurso mas largo que había echo jamas ante tanta gente. Al finalizar tome algo de aire porque había dicho todo demasiado rápido, y le preste mas atención a las mentes a mi alrededor. Era de esperarse que Quil reaccionaria pasándose un poco.
En su mente pasaban un millón de palabras dirigidas hacia Ben. Sus brazos temblaban un poco pero no era nada comparado con los temblores que azotaban a Paul.
Vi cuando Rachel se paro del lado de su hermano para dirigirse a el. Pero Jacob la tomo por el brazo para que retrocediera.
-Suéltame Jacob no me hará daño- pero el no lo hizo. Todos los allí presentes se habían parado. Jacob protegía a Nessie y Billy detrás suyo mientras intentaba arrastrar a su hermana a un lugar seguro. Todos los chicos protegían a sus improntas y aquellos que estaban solos se dedicaban a observar.
-Paul tranquilizate. Estoy bien, no ha pasado nada. Por favor ya termina con esto- decía Rachel implorando que se calmara.  Ella tenía la intención de ir con el pero era un caso perdido intentar escapar del agarre de Jake.
Como también era un caso perdido el que Paul se calmara, aunque lo intentaba. 
En ese momento me di cuenta de que tenía que decir algo.
-Lo siento... No fue mi intención que ella saliera lastimada....-
-¡Callate! ¡Tu no has echo mas que arruinarlo todo! Has puesto en peligro a toda la tribu, ¡eh imploras perdón!- esas palabras me dolieron en lo mas profundo.
-¡Ella no tiene la culpa, Paul! Ella no sabía lo que pasaría- le respondió Quil.
Fue en ese instante cuando la situación exploto.
Paul y Quil perdieron el control. Pero yo no me iba a quedar de brazos cruzados viendo como se destruían entre los dos.
Me coloque entre ambos aunque un grito ahogado de Emily me pidiera que no lo hiciera.
-¿¡PUEDEN PARAR DE HACER ESTO!? ¿Que no se dan cuanta que estamos haciendo justo lo que el quiere? ¡Maldita sea!- estaba entre medio de gruñidos por lo que tuve que gritar para que me escucharan.

 ¡Al diablo todo esto! Yo me largo

Pensó Paul antes de dar media vuelta y darnos la espalda a todos.
 -¡LO HICE POR TI SABES! Cuando me enfrente a esa garrapata por Rachel lo hice porque sabia que no podías vivir sin ella y yo no podía hacerte algo así... Solo quería que lo supieras- me sorprendió que me halla escuchado. Aun así, se largo de allí. 
Alguno de los chicos mas jóvenes le siguieron ya que estaban de acuerdo con el.
Querían que me largara y que llevara  todos los problemas conmigo. Ninguno al pasar me dedico una mirada.
Había empeorado las cosas al abrir mi boca.
-Claire...- me llamaba Emily desde al lado de Sam. 
-Esto es mi culpa. Paul tiene razón. Tal vez sea mejor que me largue de aquí- detras de mi un lobo gimió.

Por favor... No le hagas caso. No quiero que te vallas, nadie quiere que te vallas.

-Eso no es lo que parece, Quil- le dije casi en un susurro inaudible. No podía hablar con claridad. Un nudo en mi garganta me lo impedía.

Entonces me iré contigo.

-¡NO! No puedes hacer eso.- estaba a punto de un colapso.

Si puedo y lo haré. Entiende que no puedo vivir sin ti, Claire. Iré a donde tu vallas... a cualquier lado.


No podía soportar mas el estar ahí. Muchas mentes se preguntaban lo que pasaba y yo... Simplemente no podía mas.
Todo lo que había pasado en las ultimas semanas me cayo en sima. Solo quería llorar, dormirme y despertar sabiendo que nada de esto había ocurrido. En momentos como estos necesitaba con locura de Sara. Ella si entendería por lo que estaba pasando.

Calendario