Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


jueves, 15 de marzo de 2012

(45)¿ Nos mudamos?


Holis! 
Quiero comunicarles que esta historia esta llegando a la mejor parte... al menos a la que me gusta a mi. 
Y también decirles que tal vez me retrase un poco en publicar porque estoy comenzando las clases y prefiero estudiar ahora y no a fin de año o en vacaciones. 
Bueno espero que les guste el capi, que comenten y que tengan una muy buena semana!
Besos! XD 


Sara

Me desperté muy temprano en la madrugada. Y estaba angustiada. Esos malditos ojos me tenían loca. En ese momento, sentada en la cama  abrasando mis rodillas no podía creer que estuviera llorando por algo que no conocía, por alguien que jamás había visto. Estaba desesperada, esto tenía que acabar. Y la única manera de hacerlo era encontrando a la persona que poseía esos ojos.
-Sara ¿estás bien? ¿Puedo pasar?- mi madre me hablaba desde el otro lado de la puerta.
Me enjuagué las lágrimas y me pare a abrir la puerta.
-¿Pero que te está pasando?-ella me abrazo y me arrastro de nuevo a la cama.
-No es nada mamá. Simplemente un sueño- si, era eso simplemente porque no se le podía decir que era una pesadilla cuando no estaba llorando por miedo sino por...No lo sabía exactamente.
-¿Simplemente? ¿No es nada más, Sara? Has estado así las últimas semanas, te despiertas por la madrugada y no te vuelves a dormir. Mira esas ojeras- me dijo pasando sus dedos por debajo de mis ojos donde estaban marcadas mis ya tatuadas ojeras.
Mi madre era perspicaz y no podía ocultar le cosas como esta.
-No lo sé. Pero esto dejádmelo a mí. Soy yo la única que puede acabar con esta situación de una vez- mi mamá me entendería. Ella confiaba en mí lo suficiente como para dejarme algunas cosas sola.
-Está bien. Pero ten cuidado. Y ahora ve al baño y date una ducha. Faltan 3 horas para tu examen y tienes que parecer normal.- salí del cuarto sonriendo. Era afortunada de tener una mamá que me entendiera tan bien.
Estuve en el agua por más de una hora. Treinta minutos lavando mi cabello y mi cuerpo y otros treinta minutos cantando mis temas favoritos. El baño era mi lugar favorito en toda la casa para estar sola.
Cuando estuve lista mi madre de esperaba con el desayuno.
-Pensé que volverías a dormir. Son las 6 de la mañana- le dije al tiempo que me acomodaba en la mesa.
-Hoy entro temprano al hospital. Últimamente ha habido mucho trabajo-  yo no le di demasiada importancia a eso, después de todo las consultas más frecuentes eran por jaqueca y dolor estomacal. Nada que tuviera que ver con los ataques de un monstruo del bosque.
Cuando termine de desayunar aun me faltaban 45 minutos para mi examen, así que decidí repasar un poco. Prácticamente me sabía de memoria las 50 hojas de resumen que había sacado de ese libro y de mis cuadernos. Me canse de “estudiar” y me dije que sería bueno darle un vistazo al día.
Abrí la cortina de la ventana de mi cuarto y ahí estaba la nublada Alaska. Mire por la ventana sin ver nada exactamente. Cerré los ojos y me concentre.
-El señor Tanner nos dejaría hacer lo que quisiéramos por ser el último día, pero las cosas se saldrían de control.
-En la cafetería sería un día de Pizza. 
-No habría gimnasia hoy porque la profe nueva se había roto una pierna.
-Matt y Margaret discutirían en público a la salida de la escuela.  
Sonreí un poco al ver eso. No es que le deseara lo peor a mi antiguo novio y mejor amigo, pero la verdad necesita que le enseñen como son las cosas.
Seguí escudriñando el futuro hasta que vi algo raro.
Normalmente las imágenes que veo son muy buenas y no son borrosas como en este caso. Estaba espiando el futuro de Ashley y este apareció borroso, estaba en el bosque y de repente simplemente apareció en su casa. Era como si a la visión le faltara un pedazo, lo que hacía en el ese bosque antes de regresar a casa.
-Sara, te llevo al instituto. Apúrate que faltan 15 minutos.- esa era mi madre otra vez gritándome detrás de la puerta.
-Ya voy- agarre la mochila y me dirigí hacia la puerta principal donde me esperaba mi madre.

-Hola, Ashlye ¿Has estudiado?- ella bufó. Estaba dando estas clases solo porque sus padres la habían obligado. La verdad ella no era una gran estudiante y desearía poder estar en las playas de Florida en ese momento.
-Si estudie pero de todos modos no lo salvaré. Ya me conoces... Oye, ¿aquel que viene hacia acá no es Matt?- en cuando pronuncio ese nombre el mundo se vino abajo. Yo no quería voltear a ver si era verdad, quería salir corriendo de allí pero unas manos me agarraban firmemente del brazo.
-Tienes que enfrentarlo. Terminar con esto de una vez.- trate de que me soltara haciendo la menos fuerza que era capaz.
No podía permitirme descuidarme.
-Ashley, no quiero enfrentármelo, no estoy lista para verlo siquiera.- pero sabía que ya era tarde para escapar. Maldije mi don en mi interior. No era lo suficientemente fuerte como para poder ver con exactitud todo lo que pasará y eso era un fastidio.
-¿Sara puedo hablar contigo?- esa voz que podía llegar a ser tan dulce no tenia expresión alguna en aquel momento. Era fría. 
Lo mire y ahí estaba. Perfecto, con su metro 70 de alto y sus ojos verde esmeralda.
¿Cómo pude ser tan tonta como para pretender ser la dueña de un ser como él? Dijo una voz en mi cabeza.
Lo quede mirando por un segundo pero tuve que apartar la mirada cuando me di cuenta de que me largaría a llorar como una tonta en cualquier momento.
-Vamos, Sara. Solo quiero hablar como en los viejos tiempos.- los viejos tiempos, eran justo eso: viejos, pasado. Nada volvería a ser igual.
Yo asentí y él me guió hasta los estacionamientos del instituto. El se recostó en su precioso BMW negro que le habían regalado sus padres hacía unos meses.
Esa imagen me era demasiado familiar. 
Me acerque dejando una distancia entre nosotros de más o menos un metro, aunque quería que fuera de kilómetros.
-¿Que quieres, Matt?- pronunciar su nombre me quemaba en carne viva. Había sido demasiado importante. 
-Creo que pedirte perdón- levante una ceja incrédula.
-¿Creo?- fue él quien me traiciono, me apuñalo por la espalda ese día con esa chica.
-Está bien, tienes razón... Mira Sara enserio lamento que todo haya terminado de ese modo. Yo no quería que te enteraras de esa forma. Te lo iba a decir-
-¿A si? ¿Cuándo? ¿Luego de que pasaran los meses y hayas estado con 20 chicas más? Matt, todo el mundo sabe que dejaste a esa chica plantada cuando tú mismo la habías invitado a salir. Y que has estado saliendo con mas estos días. A mí no me engañas, se que solo fui una de tantas.-  casi le escupí eso ultimo en la cara antes de darme vuelta y marcharme. Pero no pude porque una mano muy fuerte me tomo por el brazo.
-Espera, por favor. Eso no es cierto. Yo te ame, no sabes cuanto. Y quiero arreglar las cosas. Sé que no volveremos a ser lo que éramos pero al menos seamos amigos. Solo quiero que todo quede bien entre nosotros, por todo lo que vivimos.- yo estaba negando mucho antes de que terminara de hablar.
-No se puede, Matt. Es algo que no se perdona fácilmente. Y la verdad...no sé si quiera volver a ser tu amiga. Lo siento- el simplemente se quedo parado, viéndome con expresión torturada.
La verdad no sabía si creer o no en su rostro y en todo lo que dijo, aunque sonaba de verdad angustiado.
Las lágrimas no habían tardado en aparecer. Me dirigí al baño antes de entrar a clases.
No podía creer que le había dicho que no a Matt. Simplemente era mi talón de Aquiles y nunca le había dicho que no.
Lo que más me desarmo fue saber que realmente me amaba. No sabía si lo había dicho de verdad, pero lo dijo y esas palabras viniendo de su boca me destrozaban más.
Me seque las lagrimas y me dirigí a mi clase. Por suerte no me tocaría con él, pero tendría que dar el examen de matemáticas.
 El día pasó rápido. No volví a cruzarme con Matt de nuevo y eso fue un alivio. Pero en la cafetería Ashley actuó muy rara. Recordé la visión que tuve de ella y me di cuenta de que estaba igual de nerviosa que esa visión. Sus manos temblaban un poco y sudaban.
-Ash ¿estás bien? Te ves nerviosa- le dije mientras abría una botella de coca-cola.
Ella no pareció oírme. Estaba con la cabeza agachada y muy concentrada pensando.
-¿Ash?- la llame de nuevo y esta vez sí hubo respuesta. Levanto su cabeza y me miro. Sus ojos estaban desorbitados, como... bueno como una loca.
-¿Te encuentras bien?- le dije de nuevo pero ahora más seria. En verdad algo le estaba pasando.
-Sí, si. Estoy bien, solo algo preocupada por el examen. Creo que no me fue muy bien, eso es todo- me dijo, muy rápido, amontonando las palabras una arriba de la otra.
Sabía que estaba mintiendo. A ella nunca le habían importado estos exámenes. Así que ¿qué le pasaba?
Mi última clase sería biología. Se suponía que hablaríamos sobre aparato circulatorio humano pero el profesor cambio de parecer.
Los últimos días se habían registrado un par de ataques de lobos en las montañas y el profesor había llamado a un amigo suyo experto en esos caninos para que pudiera responder a nuestras preguntas.
El tipo era un cazador, que la comunidad entera había llamado para acabar con esa manada de lobos que había traído problemas.
-Mi nombre es Fred y su profesor me ha contactado para responder a sus preguntas.- dijo al frente de la clase con una voz áspera. Ese hombre tendría más o menos 30 años.
Había solo una cosa que quería preguntar.
Fui la primera en levantar la mano.
-¿Si?- Fred me señalo con el dedo indicándome que hiciera mi pregunta.
-¿Que tanto puede crecer un lobo?- quería saber si lo que había visto ayer sobre Claire y esos lobos podría llegar a ser cierto.
-Bueno, no son animales que crezcan mucho. Son del tamaño de un perro grande, pero más alargados y de patas finas. Andan en manadas así que nunca veras a un lobo solo. ¿Alguna otra pregunta?- el señor Fred siguió dando la clase y respondiendo cuanta pregunta se le hizo.
Yo simplemente me incline en mi asiento e intente buscarle sentido a esa imagen.
Si los lobos comunes no llegan a ese tamaño, solo quedaba pensar en que no eran lobos comunes y que eran algo más. Pero no había visto  mucho como para darme cuenta de que.
Suspire y tome una decisión. Me había prometido nunca ver el futuro de Claire a propósito, porque no quería entrometerme en su vida pero esto era importante. Ella podría estar en peligro.
Por surte estaba hasta el fondo de la clase así que no me verían con facilidad.
Cerré los ojos y me concentre en Claire.
Y las imágenes empezaron a llegar. 
Lo único que pasó en mi cabeza fue Oh, por Dios
Señorita Jones!- ese fue mi llamado para volver a la realidad.
-Lo siento- dije algo nervioso. Necesitaba irme y rápido.
-¿Me puede decir usted lo último que mi amigo Fred dijo?- y justo en ese momento me salva la campana de salida. 
-Lo siento profesor pero tengo que irme. Tal vez otro día- recogí mis cosas y salí de la clase como una bala. Tome mi celular y marque el número de mi madre.
Atendió enseguida.
-¿Hola?-
-Mamá necesito ir a la Push hoy mismo. ¿Me prestarías tu auto? Es importante ella está en problemas.- mi mamá suspiro del otro lado. Pude sentir el aire del otro lado como si se estuviera moviendo.
-Iré a buscarte y hablaremos.- suspire. No tenía tiempo para esto.
-No, ya estoy en camino. Llegaré más rápido corriendo. Tu apróntame algunas cosas en un bolso, estaré allí por al menos unas semanas.- ya había salido del instituto y había entrado en el bosque. Desde aquí sería más fácil y rápido llegar a casa.
-Sara, tengo algo que decirte. Deja que vaya a recogerte.- mi madre estaba insistiendo más de lo normal en esto así que debía ser algo importante.
-Ya es tarde, mamá. Pero cuando llegue hablaremos. Me encantaría que fuera algo sobre mi padre- unas risas cantarinas se escucharon del otro lado.
-No, hija. No es sobre eso. Te esperaré con tus cosas empacadas.- y luego de eso colgó.
Ahora que había cortado podría correr de verdad. Llegaría a la casa en menos de dos minutos.
Me hubiese encantado hablar sobre mi padre. Ya era lo suficientemente grande como para saber de él. Si estaba muerto podría con eso, después de todo no lo conocía y no me afectaría mucho. Pero si estaba vivo quisiera conocer a la persona que nos abandono a mi mamá y a mí de esa forma.
Cuando llegue a casa mi madre estaba esperándome afuera de la casa.
-¿Qué haces? Esta frió, debes entrar.- el día era inusualmente frió para esta época. Aunque el tiempo era lo ultimo por lo que tenía que preocuparme.
Entramos a la casa y me sorprendió ver un montón de cajas con todas nuestras cosas.
-¿Que está pasando?- le pregunte a mi madre. En una caja pude ver mis CD y mis libros.
-Quería hablarte de esto hace mucho, pero no estaba decidió todavía.- yo la mire sin comprender.
-¿Hablarme de qué?- mis nervios de repente se esfumaron.
-Me llego una propuesta de trabajo hace algunas semanas. De parte de un muy buen doctor que trabaja en Forks y quiere contratarme como una mano derecha o algo así. La verdad la oportunidad es única y es muy buen pagada.  Pero tendríamos que mudarnos a Forks para que yo pudiera trabajar allá.  Sé que es muy apresurado pero-
-¿Nos mudamos a Forks?- fue lo único que dije. No sabía exactamente que pensar.
-Sí. Perdona por no habértelo dicho antes. Debí haberlo consultado contigo. La verdad tenía la esperanza de que lo vieras venir- mi mente seguía en blanco. No sabía que pensar sobre todo esto, pero tampoco me molestaba. Viéndole el lado bueno, estaría cerca de una playa como la de la Push   y no sería un gran cambio ya que Forks y Alaska tenían exactamente el mismo paisaje.
-¿Vas a decirme que piensas?- me pregunto mi madre.
-Bueno...Es una oportunidad increíble en tu trabajo y estarás muy bien pagada así que saldremos de compras a Seatle con tu primer sueldo ¿de acuerdo?- ella se echo a reír como una niña. La idea no me parecía tan mala.
-Bueno ahora que ya hablé, creo que te toca a ti. ¿Qué diablos pasa que es tan importante en La Push?- no podía ocultar le cosas a mi madre, pero esta vez era mejor que no se enterara.
-Claire esta en problemas, es todo lo que puedo decirte por ahora. Necesito llegar lo antes posible así que tengo que salir ya. Por favor préstame tu auto.- nunca antes le había pedido el auto a mi madre para un viaje tan largo, así que no sabía que respondería.
-Bueno, podrías ir en mi auto o en el nuevo coche de Claire. Sus padres pasaron hoy por acá y lo dejaron con la esperanza de que viajaras por su cumpleaños y se lo dieras. Es caro así que tendrás que tener cuidado- ¿caro? No creo que los padres de Claire tengan el dinero suficiente como para comprar un mercedes último modelo, y ni siquiera con la plata que pusimos alcanzaría.
Pero ahí estaba. Perfectamente negro y era deportivo. Mis deseos de hacer un viaje largo en ese coche eran cada vez más grandes en cuanto me acercaba a aquella preciosidad.

-Ten cuidado. No te pases con ese coche ¿sí? Y felicita a Claire por mi.- mi madre me dio un fuerte abrazo y me prometió que estaría en Forks con la mudanza dentro de dos días.  
Me disculpe por no poder ayudarla y subí al auto de mis sueños.
No es tuyo pensé. Solo lo usaras esta vez, así que disfrútalo.
Pisé el acelerador delicadamente porque aquellos vehículos eran muy sensibles.
Cuando llegue a la ruta me pude dar el lujo de ver que podía hacer este mercedes.
Pero me dije que tenía que tomarme enserio lo que había dicho mi madre, que no debía pasarme, después de todo era un regalo ajeno.  Uno muy caro.
Me pregunte de donde había salido tanto dinero.
Deje de pensar en eso cuando en mi mente brotaron ideas que eran simplemente descabelladas.
Me concentre en la carretera y en que debía llegar a la Push.

1 comentario:

  1. Simplement me encanta :)
    Sube pronto el siguiente ¿ok? y porfa no descuides mucho el blog…
    =)

    ResponderEliminar

MI BLOG SE ALIMENTA DE TUS COMENTARIOS
¡COMENTA PLEASE!

Calendario