Para reflexionar...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.


martes, 20 de marzo de 2012

(46) El claro



Claire 

¡Claire espera! 

Quil venía unos cuantos metros detrás de mí mientras yo corría y me reía de él.
-¡Eres lento!- y yo muy rápida.
Cuando vi el río mi sonrisa se ensancho. Amaba saltar ese río.
Sin dejar de correr di un pequeño brinco que me impulso unos buenos 30 metros hacia delante, y al caer lo hice con la gracia de un felino, cosa que me gustada de todo esto.
Vi a Quil del otro lado que me miraba con sus grandes ojos lobunos.

Cruzare el río y te alcanzare. Adelanta te y busca a Nessie.  

Yo asentí y salí disparada hacia la casa Cullen. Emmet me esperaba afuera, como siempre buscando una buena apuesta.
-Veinte dólares a que no le ganas a Edward una carrera hasta el río ida y vuelta- yo me reí.
-Lo siento Emmet, pero no estoy de humor para apuestas hoy aunque me encantaría llevarme veinte dólares a casa. ¿Está Nessie?- la puerta del frente se abrió y salió Edward con una sonrisa en la cara, detrás de él estaba Bella. 
-Puedo vencerte cuando quieras Edward solo que hoy no estoy de humor.- Edward largo una carcajada y Bella lo miro sin entender.
-Odio cuando hacen eso- mascullo Bella bajito, pero se oyó claramente.
-Bella ¿se encuentra Nessie? Me llamo esta mañana porque dijo que quería mostrarme un lugar.
-Y es un lugar increíble- me dijo Reneesme que había aparecido por la puerta del garaje.
-¿Entonces qué esperas? Vayámonos- ella empezó a correr y yo tuve que seguir le el paso. Si ella no me estuviera guiando a su lugar genial yo la hubiera pasado con facilidad.
Nessie se volteo para ver quiénes eran los que venían detrás de nosotros. Yo no necesite hacerlo porque ya había escuchado sus mentes.
Sus voces mentales eran inconfundibles, ambas parecían gritar en vez de hablar.
-Oye, Nessie ¿Me darás una pista de como es ese lugar?- ella en lo único que estaba pensando en ese momento era en su fiesta de cumpleaños número 15. Estaba emocionada por ella ya que le regalarían su primer coche. Al igual que a mí.
-No, y no hagas trampa- ella me había pedido que no escarbara en su mente para ver sus recuerdos de ese lugar y yo había accedido ya que sino no me lo mostraría.
-Estamos llegando- anuncio de repente.
Yo sentía su efluvio por ese sendero y me adelante para llegar antes que ella. Crucé un par de arboles que parecían formar una entrada y me maraville con la belleza de aquel claro. 
Era verano por lo que el pasto era verde y un millón de margaritas blancas lo adornaban. Parecía de cuento de hadas. 
-Ya sabía que te iba a gustar- me dijo Ness entrando al claro despacio.
-¿Cuando lo encontraste?- le pregunte.
-Fue ayer cuando salí de caza con Jake. Pero ayer no estaban estas margaritas. Ahora esta mucho más hermoso- ella se sentó en el suelo, arranco una margarita y empezó a jugar con ella.
Yo simplemente observé cada centímetro del claro para guardarlo en mi memoria. Cuando llegue a esa pequeña entrada formada por arboles me di cuenta de que teníamos mirones.
-Salgan de ahí- les pedí. Ellos aun en forma lobuna entraron al claro.

Es hermoso   

Pensaron los dos a la vez.
-Sí, es el claro más hermoso que eh visto jamás- de sus gargantas salió un sonido que parecían ser risas.

No hablábamos precisamente del claro.

Me dijo Quil. Una carcajada salió de mi. No podían estar hablando enserio.
Quil se acostó a mis pies y yo me senté a su lado. Era la primera vez que estaba tan cerca de el en su forma lobuna.
El cerro los ojos y parecía dormido pero su mente estaba muy activa. Mire a Nessie y ella ya estaba recostada junto a Jake. Ella tarareaba una canción, y me di cuenta de que ya la había oído antes en su casa. Era una de las canciones que tocaba en su piano.

Es una nana. Nessie la compuso hace algunos años para Jake.

Me dijo Quil, que estaba mirando lo mismo que yo.
En ese momento me pregunte como harían para comunicarse ya que no tenían la ventaja que tenía yo. Y me dije que no eran necesarias las palabras. A veces las miradas dicen más que ellas.
Suspire y me recosté en el hombro de Quil.
-¿Te molesta?- le pregunte.

Claro que no. Eh querido hacer esto muchas veces y no eh tenido el coraje de pedírtelo. 

-¿Porque no? ¿Pensabas que podías hacerme daño?- no podía ser eso después de todas las veces que le dije que no le tenía miedo.

No lo se...
Durante 5 minutos reino el silencio en aquel claro. Solo se escuchaban nuestros corazones y algunas aves que cantaban.

Ya tengo tu regalo ¿sabes?

Fue Quil quien corto ese silencio.

-Te dije que no quería nada. Con tenerte a ti es suficiente.- era mas que suficiente.

No te hagas la difícil, Claire. Si te sirve de consuelo no me eh gastado nada.

-No me hago la difícil, amo los regalos, pero decía la verdad cuando dije que no quería nada. Pero supongo que deberé aceptarlo.- en su mente no vi nada en ese momento. Pero no haría trampa. Quería que fuera una sorpresa, como debía ser.


Solo te pido que te abstengas de meterte en mi cabeza hasta mañana.

Asentí y suspire. Mañana sería el gran día. Martes dos de febrero. Diez y siete años y poco tiempo para quedarme en La Push.

¿Que sucede? 

-No es nada...simplemente....me queda poco tiempo aquí.- no quería pensar en que me iría pero así era.

Te dije que encontraría la manera de que te quedaras aquí. No te preocupes por eso.

No se por que intuí algo de esperanza en su voz. Quil sabía algo que yo no y tampoco quería saberlo ahora. Yo no era tan chusma como para meterme en la mente de todos a averiguar cosas.
Unas pequeñas gotas de lluvia empezaron a caer pero no eran nada de lo que debiera preocuparme  ya que llevaba una campera impermeable puesta.
En tal caso, las pequeñas gotas le daban un toque de frescura a aquel lugar.

¡Que romántico! Me tope con un par de tórtolos. Lastima que todo terminará pronto para ustedes.

Me paré en el acto al escuchar eso de una mente nueva cercana al claro.
-¿Qué sucede?- pregunto Nessie que se había parado también, ahora estaba alerta.
-No estamos solos- Jake empezó a aullar llamando a los demás  que esperaran a orillas del rió listos para una emboscada.  

Vete de aquí

Me pidió Quil pero no estaba dispuesta a dejar que hicieran este trabajo solos cuando yo había vuelto.

-Ni lo sueñes.- salí disparada en dirección a donde había escuchado la voz antes y pude encontrar un rastro fresco que se dirigía al río. Genial, al menos no tendría que esforzarme por acabar con el ya que iba directo a una trampa. Pero necesitaba averiguar si el sabía algo sobre los planes de Ben. Tenía que alcanzarlo para meterme en su mente y obtener información.
Force mis piernas al máximo para obtener mi máxima velocidad. Pero no tuve que hacerlo por mucho ya que pude llegar a el con facilidad. Era alto y moreno, se encontraba a unos 800 metros de mi y sus pensamientos eran muy arrogantes.
Típico de neófitos: se creen los dioses del mundo.

Muy impresionante. Ben me hablo sobre tus dotes inmortales pero esa velocidad no es normal incluso entre lo nuestros. De todos modos me encantaría saber que harán tus amigos cuando me vean. Les tengo un regalito.

Tomando toda su fuerza de recién nacido, acelero hasta que no pude verle. Pero seguía escuchándolo en mi mente.
Acelere al máximo cuando vi lo que era capaz de hacer y rece porque ese don no se hubiera esfumado de mi.
Pero el ya estaba sobre el río y no podía detenerle.
Salto sobre el río y antes de que pudiera aterrizar la manada entera apareció de entre los arboles.
Pero esta sanguijuela ya contaba con que eso pasara. Antes de caer sobre un mar de dientes una gigantesca roca del tamaño de un auto dio contra Jake que era el mas cercano a su aterrizaje.
Un aullido lastimero seguido de un grito de dolor llenaron el bosque.
Esa garrapata siguió su camino a carcajadas mientras evadía a cada uno de mis amigos.
Vi cuando Nessie se acerco a Jake que estaba en el piso tratando de incorporarse, pero era consciente de que al menos una de sus piernas estaba rota.
Cuando crucé el río un lobo color arena me impidió el paso. Estaba siguiendo ordenes del alfa. 

Te quedarás aquí, Claire. Nosotros nos encargaremos.

-¿Lo dice el lobo tirado en el piso? No pienso quedarme aquí sin hacer nada, Jake.

Por favor no te metas en esto. No soportaría ver que te hicieran daño de nuevo.

El sonido lastimero de esa voz no pudo detenerme de evadir a todos y salir tras esa garrapata.
Era consciente de las voces que me rogaban que volviera pero no les hice caso y esas mismas voces se rindieron al darme cuenta de que ahora estaban conmigo en la casería.
Solo uno de ellos persistía en que me retirara, cosa que no iba a ocurrir nunca.
Me obligue a correr mas rápido para poder alcanzarlo pero sabía que sería demasiado tarde, de seguro ya debió haber escapado. Disminuí mi velocidad para poder esperar a la manada ya que los había dejado atrás.

¿Te rindes tan pronto? 

Ese tipo sabía acerca de mi don. Pero ¿como?.

-¿Porque no te muestras? ¿O acaso le temes a una indefensa humana como yo?- escuche claramente sus carcajadas y empecé a caminar en la dirección a ellas.

-¿Indefensa? ¿Mataste a Sofia y te llamas a ti misma indefensa? Tienes mas armas que un vampiro y en sima corres con perros. Pero ¿sabes que? No te tengo miedo- salió de detrás de un árbol como un fantasma.  No había ni un atisbo de humor en su rostro.
Viendo en su mente me di cuenta de que el tomaba esto como personal.
-Ella me provocó, Frank. Quería matar a mi amiga y no tuve mas remedio que destruirla. Como haré contigo.- mis voz sonaba calmada, justo como quería que fuera. Lo miré a los ojos que eran de un escarlata brillante. Estaba recién alimentado. Eso sería un problema.
Los chicos aun no llegaban pero podía escuchar sus zarpas a lo lejos al correr. No tardarían en llegar.
El seguía mirándome. En su mente pasaban recuerdos de todo lo que Ben le había dicho sobre mi.
Me estremecí al darme cuenta de que el sabía cosas que ni yo misma sabía que era capaz de hacer.
La neófita tenía razón: el era mas fuerte que nunca.
Ignoré esos recuerdos y busque en su mente algo que pudiera darme datos sobre los siguientes pasos de Ben.
Lo único que pude encontrar no me decía mucho.
Frank y Sofia eran pareja y Ben los visitaba de vez en cuando. Ellos estaban en Port Angel escondidos en una casa abandonada a las afueras de la ciudad. Sofia desapareció un día y Ben se le apareció a Frank con el cuento de que yo la había matado.
Pero había algo mas, que no pude ver. Era como presenciar una película y que a esta le falte una parte.  Sabía que esa parte era crucial y que eran los planes que yo necesitaba saber pero también sabía que no podría verlos porque Ben los ocultaba de mi.
Maldecí en mi interior. No conseguiría nada buscando de esta forma. Tenía que hacer que hablaran.
-Parece que Ben esta preparado para todo. Aunque lo intente una y otra vez no puedo averiguar sus planes, así que tendrás que ayudarme un poco- una sonrisa apareció en su rostro.
-¿A cambio de que? ¿Me dejaras libre?- su tono sarcástico tenía un borde ácido. No sonaba tan en calma como él quería.
-¿Dejarte libre? ¿Para que vuelvas con esa sanguijuela y le cuentes todo lo que viste sobre mi? ¡Por favor! No soy tan estúpida. Lo que tenía en mente era que si me dices lo que quiero haré que te maten ellos y no yo- dije, señalando en dirección al sonido de las patas de la manada que se acercaba.
-¿Cual es la diferencia entre que me mates tu y no ellos?- justo la pregunta que esperaba escuchar.
-Que ellos lo harán mas rápido y sin dolor. En cambio yo lo haría lento y tortuoso. Como lo hice con tu... ¿era tu novia?- esa fue la gota que rebaso el vaso.  

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